Volvio Domingo Caballo y volvió EL ODIANTE, todo en una misma semana. Y esta vez con una película que encanto, como tenía que ser. La nueva de extraterrestres de nuestro gentil paisano, el genio de la industria, Steven Spielberg. Allí vamos.
La guerra de los mundos (War of the worlds – EU –2005 – Steven Spielberg)
Seguramente este es el tanque de Hollywood del que mejor se puede hablar en lo que va del año. En gran parte, por que como adaptación, acierta en los elementos que incluye y en los que excluye y segundo por que el universo del director esta bien presente en la historia. En la novela de H.G. Wells los extrarrestres son marcianos que llegan en cilindros, acá no vienen de Marte, sino de lejos, muy lejos ¡Que importa! Y mejor aún no vienen con naves, sino que llegan solos para manejar maquinas de guerra que estaban enterradas bajo la superficie de nuestro planeta desde hace milenios (¡Buenísima idea!). Pero esas máquinas son fieles a los diseños pensados por Wells, son unos trípodes, que funcionan como ampliación de las formas anatómicas extraterrestres, y poseen escrituras jeroglíficas (Cuantas relaciones se pueden hacer a partir de esto.), no naves con cabeza de serpiente como en la versión de Haskin del ´53. Y en esa fidelidad a la obra de Wells, no falta el rayo calórico o la hierba roja, y los extraterrestres le chupan la sangre a los humanos (y acá, mejor todavía: usan esa sangre como fertilizante), ni tampoco falta en la de Spielberg la recreación de los mejores momentos de la novela.
Esta película abre con un prologo en off, recitado por una voz muy parecida a la de Orson Wells, en homenaje a la primera adaptación que impacto y de la cual se mantiene el horror que causo. Ray Ferrier (Tom Cruise) es un operario, un vulgar trabajador, ¡Que ojo! La cámara lo presenta a otra altura del resto. El lugar de Ferrier como hombre común en situaciones extraordinarias es importantísimo aquí, ya que H. G. Wells propone desde su novela original, invertir el rol de los humanos en su relación con las otras especies de la naturaleza, y hacerlos ver como insectos, así que el hecho de que Tom, sea una hormiguita trabajadora favorece y da sentido. Lo que importa a Spielberg es contar el drama de la familia Ferrier para mantenerse unida y salvarse de la literal catástrofe, y el camino que recorren no es solo para salvarse de la invasión sino también para reivindicar sus roles (tanto de padres como hijos) y esto la hace atractiva, ya que la historia de los extraterrestres ya nos la contaron varias veces. La familia disfuncional en relación a los alien, también estaba presente en E.T., aunque esta película es todo lo contrario, por que se presenta como un filme de terror. La secuencia de la primer masacre es tan realista y de tal perfección técnica (Imagínense los primeros 15 minutos de Rescatando al soldado Ryan aplicados a esta historia), que golpea al espectador y lo coloca de lleno en el horror de la historia. “¿Son terroristas?” pregunta el personaje de Dakota Fanning y ahí la huella del 11 de Septiembre dando el tono al relato. No faltan las auto referencias, luego de presenciar la masacre, Ferrier llega ante sus hijos cubierto un polvo blanco, compuesto entre otras cosas por cenizas de seres humanos (¿A que otra película sobre exterminios de Spielberg les hace acordar?). Los Fx, son apabullantes, pero más allá de eso, están al servicio de la narración, no hay nada de exhibicionismo, no nos muestran como los Alien destruyen todas las ciudades del mundo, o E.U. (que es como lo mismo) como haría el pelotudo de Roland Emmerich (En relación a El día de la independencia, esta película roba). La invasión ocurre casi toda fuera de campo, lo que la hace ganar en misterio y hace que el espectador desee ver tanto como el personaje del hijo de Ferrier. La contienda militar poco importa, los alien aplastan y no se les muestra al espectador las últimas armas yanquis. Patriotismo cero, el único personaje (Tim Robbins) con esta cualidad es mal visto y castigado. No falta virtuosismo narrativo (La huída en camioneta por la ruta es magistral ya que contagia el frenesí de una manera única.) ni escenas memorables como una en la que una multitud ve pasar un tren en llamas (que no se porque, pero me hizo acordar al argentinísimo tren cartonero). Excelente sonido, buenas actuaciones, justas cuotas de humor y más. La cosa cae un poco al final, un poco por su obviedad o previsibilidad, pero algo para rescatar es que no cae en la moralina ecologista de la novela de Wells (lo que sería muy obvio en estos tiempos) y cierra como un verdadero melodrama.
En cuanto a películas de extraterrestres nada supera a El enigma del otro mundo de Carpenter, Alien, o Los usurpadores de cuerpo, pero seguro que La guerra de los mundos de Spielberg esta en mi top ten de películas sobre el tema. ¡A verla!
La guerra de los mundos (War of the worlds – EU –2005 – Steven Spielberg)
Seguramente este es el tanque de Hollywood del que mejor se puede hablar en lo que va del año. En gran parte, por que como adaptación, acierta en los elementos que incluye y en los que excluye y segundo por que el universo del director esta bien presente en la historia. En la novela de H.G. Wells los extrarrestres son marcianos que llegan en cilindros, acá no vienen de Marte, sino de lejos, muy lejos ¡Que importa! Y mejor aún no vienen con naves, sino que llegan solos para manejar maquinas de guerra que estaban enterradas bajo la superficie de nuestro planeta desde hace milenios (¡Buenísima idea!). Pero esas máquinas son fieles a los diseños pensados por Wells, son unos trípodes, que funcionan como ampliación de las formas anatómicas extraterrestres, y poseen escrituras jeroglíficas (Cuantas relaciones se pueden hacer a partir de esto.), no naves con cabeza de serpiente como en la versión de Haskin del ´53. Y en esa fidelidad a la obra de Wells, no falta el rayo calórico o la hierba roja, y los extraterrestres le chupan la sangre a los humanos (y acá, mejor todavía: usan esa sangre como fertilizante), ni tampoco falta en la de Spielberg la recreación de los mejores momentos de la novela.
Esta película abre con un prologo en off, recitado por una voz muy parecida a la de Orson Wells, en homenaje a la primera adaptación que impacto y de la cual se mantiene el horror que causo. Ray Ferrier (Tom Cruise) es un operario, un vulgar trabajador, ¡Que ojo! La cámara lo presenta a otra altura del resto. El lugar de Ferrier como hombre común en situaciones extraordinarias es importantísimo aquí, ya que H. G. Wells propone desde su novela original, invertir el rol de los humanos en su relación con las otras especies de la naturaleza, y hacerlos ver como insectos, así que el hecho de que Tom, sea una hormiguita trabajadora favorece y da sentido. Lo que importa a Spielberg es contar el drama de la familia Ferrier para mantenerse unida y salvarse de la literal catástrofe, y el camino que recorren no es solo para salvarse de la invasión sino también para reivindicar sus roles (tanto de padres como hijos) y esto la hace atractiva, ya que la historia de los extraterrestres ya nos la contaron varias veces. La familia disfuncional en relación a los alien, también estaba presente en E.T., aunque esta película es todo lo contrario, por que se presenta como un filme de terror. La secuencia de la primer masacre es tan realista y de tal perfección técnica (Imagínense los primeros 15 minutos de Rescatando al soldado Ryan aplicados a esta historia), que golpea al espectador y lo coloca de lleno en el horror de la historia. “¿Son terroristas?” pregunta el personaje de Dakota Fanning y ahí la huella del 11 de Septiembre dando el tono al relato. No faltan las auto referencias, luego de presenciar la masacre, Ferrier llega ante sus hijos cubierto un polvo blanco, compuesto entre otras cosas por cenizas de seres humanos (¿A que otra película sobre exterminios de Spielberg les hace acordar?). Los Fx, son apabullantes, pero más allá de eso, están al servicio de la narración, no hay nada de exhibicionismo, no nos muestran como los Alien destruyen todas las ciudades del mundo, o E.U. (que es como lo mismo) como haría el pelotudo de Roland Emmerich (En relación a El día de la independencia, esta película roba). La invasión ocurre casi toda fuera de campo, lo que la hace ganar en misterio y hace que el espectador desee ver tanto como el personaje del hijo de Ferrier. La contienda militar poco importa, los alien aplastan y no se les muestra al espectador las últimas armas yanquis. Patriotismo cero, el único personaje (Tim Robbins) con esta cualidad es mal visto y castigado. No falta virtuosismo narrativo (La huída en camioneta por la ruta es magistral ya que contagia el frenesí de una manera única.) ni escenas memorables como una en la que una multitud ve pasar un tren en llamas (que no se porque, pero me hizo acordar al argentinísimo tren cartonero). Excelente sonido, buenas actuaciones, justas cuotas de humor y más. La cosa cae un poco al final, un poco por su obviedad o previsibilidad, pero algo para rescatar es que no cae en la moralina ecologista de la novela de Wells (lo que sería muy obvio en estos tiempos) y cierra como un verdadero melodrama.
En cuanto a películas de extraterrestres nada supera a El enigma del otro mundo de Carpenter, Alien, o Los usurpadores de cuerpo, pero seguro que La guerra de los mundos de Spielberg esta en mi top ten de películas sobre el tema. ¡A verla!
Espectacular crítica, no había pensado lo del discurso nacionalista del personaje de Tim Robbins, me parece muy cierto lo que vos decís. Estoy harto de hablar con gente que encuentra un mensaje conservador en esta película. ¿Tan difícil es aceptar que los aliens son aliens y no terroristas? Spielberg juega un poco con que la gente piense eso, pero no caben dudas de que esta fuerza del espacio exterior es algo mucho más poderoso y que la solución militar es inútil...
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