Y como ya es costumbre, EL ODIANTE nos trae lo mejor del cine de autor. Siempre atento a las nuevas vanguardias, y a lo que viene desde los festivales más prestigiosos del mundo. En otras palabras, el cine que hay que ver. Esta vez, con una película ideal para ver con tu novia.
El transportador 2 (Francia, EU – 2005 – Louise Leterrier)
A Frank Martin (Jason Statham) le colocan una bomba bajo su inmaculado Audi, la cual descubre por el reflejo en un charquito de agua. ¿Como zafa el pelado? Acelera a fondo, se manda por una rampa, hace girar su auto a 180 grados, y cuando lo tiene dado vuelta saca la bomba, dos segundos antes de que explote, con un gancho colgado en una, grúa, ¡Ah, eso no es todo! Luego vuelve al piso sobre las cuatro ruedas sin que él ni su auto sufran un solo rasguño. Esta es la clase de películas que desafían la credulidad del espectador en cada escena, la clase que piden una suspensión de la racionalidad para dejarse llevar por el puro entretenimiento. Repleta de desmesura y ridiculez, pero siempre divertida y nunca inverosímil por los códigos que se plantean desde su precuela. "El transportador 2", como ya implica su nombre, es puro movimiento, pura adrenalina.
Una sola de las escenas narradas alcanza para que cualquier mujer la descalifique. Es que estamos frente a una película bien machista. Dosis pornográficas de violencia, devoción por los autos, y minas que entregan fácilmente. Un espectáculo tan físico como el fútbol o el boxeo, donde el cuerpo, sobre el todo el musculoso, juega su lugar central.
En relación a la primera parte, esta sube la apuesta con más explosiones y objetos volando por ahí, aunque mucho mas grasa y no tan bien filmada como la primera. Por un lado confirma la impericia de los franceses para filmar acción (A excepción de algunos momentos de Luc Besson) y el virtuosismo oriental para coreografiarla (Cory Yuen, el responsable.). Esto no es más que otra “pistol opera” donde lo que importa no es el contenido, sino la forma. O que coreografía se puede lograr con objetos tan cotidianos como un par de sandías, una manguera para incendios o una cortina. Y ahí reside su bondad, en la capacidad de transportar lo cotidiano, lo ordinario, a otro nivel.
El transportador 2 (Francia, EU – 2005 – Louise Leterrier)
A Frank Martin (Jason Statham) le colocan una bomba bajo su inmaculado Audi, la cual descubre por el reflejo en un charquito de agua. ¿Como zafa el pelado? Acelera a fondo, se manda por una rampa, hace girar su auto a 180 grados, y cuando lo tiene dado vuelta saca la bomba, dos segundos antes de que explote, con un gancho colgado en una, grúa, ¡Ah, eso no es todo! Luego vuelve al piso sobre las cuatro ruedas sin que él ni su auto sufran un solo rasguño. Esta es la clase de películas que desafían la credulidad del espectador en cada escena, la clase que piden una suspensión de la racionalidad para dejarse llevar por el puro entretenimiento. Repleta de desmesura y ridiculez, pero siempre divertida y nunca inverosímil por los códigos que se plantean desde su precuela. "El transportador 2", como ya implica su nombre, es puro movimiento, pura adrenalina.
Una sola de las escenas narradas alcanza para que cualquier mujer la descalifique. Es que estamos frente a una película bien machista. Dosis pornográficas de violencia, devoción por los autos, y minas que entregan fácilmente. Un espectáculo tan físico como el fútbol o el boxeo, donde el cuerpo, sobre el todo el musculoso, juega su lugar central.
En relación a la primera parte, esta sube la apuesta con más explosiones y objetos volando por ahí, aunque mucho mas grasa y no tan bien filmada como la primera. Por un lado confirma la impericia de los franceses para filmar acción (A excepción de algunos momentos de Luc Besson) y el virtuosismo oriental para coreografiarla (Cory Yuen, el responsable.). Esto no es más que otra “pistol opera” donde lo que importa no es el contenido, sino la forma. O que coreografía se puede lograr con objetos tan cotidianos como un par de sandías, una manguera para incendios o una cortina. Y ahí reside su bondad, en la capacidad de transportar lo cotidiano, lo ordinario, a otro nivel.
para aplaudir de pie.
ReplyDeleteen una epoca en que nos estabamos quedando ya sin heroes de accion, ahi surge jason para ponerle los puntos a los criminales.
le falto ponerla nada mas
Me puedo divertir con una pelicula de acción(aunque sea mujer), me puedo deleitar con tipos musculosos, con minas faciles con todo eso (aunque sea mujer) pero como ser humano no me puedo deleitar con la discriminación (escena de minorias que salen de un conteiner de basura- chinos arabes etc- para atacar al heroe yanki,)ni con la ostentacion y el capitalismo (la pelicula es una publicidad descarada de audi y otras marcas, ni con la violencia gratuita (escena en que el "heroe" le rompe al cuello a un tipo por la espalda)
ReplyDeleteLo último que tengo para decir es que hace poco vi "operacion dragón" y la pasé muy bien. (aunque soy mujer)