Despues de unas cuantas semanas de digestión en las cuales se debatieron el fanatismo por el director, las influencias de las positivísimas críticas que recibió la película en todos los medios y el verdadero sentimiento que me produjo al verla, aquí va…
Una historia violenta (A History of Violence – EU – 2005 –David Cronenberg)
Cronenberg es uno de los directores con filmografía más coherente en las últimas décadas y “Una historia violenta” no parece estar exenta de esa coherencia. Eso hace que cada uno que conozca la compleja obra del canadiense, dude ante cada escena de la película y se pregunte cuanto más nos quiere decir con cada una de sus imágenes. Un tópico siempre presente en este autor, es el peligro ante las transmisiones virosicas, algo que puede llevar a pensar que, entre otras cosas, la película nos habla de la violencia como virus. ¿Es cierto esto? Muchos han encontrado esta lectura en la película. Y es verdad, desde un principio la película parece tomar ese rumbo. En la primera escena, unos asesinos cometen un cruento crimen en un motel y se trasladan al pueblo del protagonista Tom Stall (Viggo Mortensen), amable dueño de una cafetería y padre de familia. Allí, intentan continuar con una cadena de robos y asesinatos, pero Tom Stall, los detiene con violencia, una violencia que luego continua en una escalada de enfrentamientos con la mafia. ¿Y qué es esto? ¿Violencia como virus o simplemente una progresión clásica de sucesos? Otro tópico: la percepción alterando cuerpo y ser humano. Tom Stall es victima de la violencia, la percibe, y esto trae como consecuencia una dicotomía en su personalidad: Tom Stall y Joey Cusack, asesino implacable de la mafia de Filadelfia, conviviendo en el mismo cuerpo. Pero esta película de Cronenberg no nos deja lugar a la duda, a la ambigüedad, a planteamientos sobre identidad. Tom Stall es Joey Cusack y solo debe matar a los malos para acabar con un conflicto que se presentaba como más profundo. Y mejor no buscar lecturas sobre genética o violencia en E.U. por que el debate puede ahondar y la cosa sigue sin cerrar.
“Una historia violenta” es una película de precisa puesta en escena y una gran dirección de actores. Con el manejo del lenguaje clásico (¡Como gusta a críticos el uso de códigos de western!) Cronenberg vuelve a demostrar que le pueden tirar cualquier pelota y el tipo se las va a arreglar para hacer un par de jueguitos. La violencia de la historia tiene un registro personal, cercano al comic y con primeros planos a lo “Irreversible”. Ed Harris consigue un insuperable personaje de matón que carga en el rostro pasado y presente de Stall/Cusack y los minutos de William Hurt son exquisitos. Aunque a esta altura… ¿A directores con décadas de experiencia y prestigio como Cronenberg, se les puede pedir menos que esto? Seguramente menos sería una decepción amplificada por el apellido. Ustedes deciden: si una gran película, o solo una buena película sobrevalorada por el corpus de obras previas del director. Yo ya me decidí, y la verdad es que me quedo con la riqueza del Cronenberg de “Videodromo”, “Crash” o “eXistenZ”, por nombrar solo algunas.
Una historia violenta (A History of Violence – EU – 2005 –David Cronenberg)
Cronenberg es uno de los directores con filmografía más coherente en las últimas décadas y “Una historia violenta” no parece estar exenta de esa coherencia. Eso hace que cada uno que conozca la compleja obra del canadiense, dude ante cada escena de la película y se pregunte cuanto más nos quiere decir con cada una de sus imágenes. Un tópico siempre presente en este autor, es el peligro ante las transmisiones virosicas, algo que puede llevar a pensar que, entre otras cosas, la película nos habla de la violencia como virus. ¿Es cierto esto? Muchos han encontrado esta lectura en la película. Y es verdad, desde un principio la película parece tomar ese rumbo. En la primera escena, unos asesinos cometen un cruento crimen en un motel y se trasladan al pueblo del protagonista Tom Stall (Viggo Mortensen), amable dueño de una cafetería y padre de familia. Allí, intentan continuar con una cadena de robos y asesinatos, pero Tom Stall, los detiene con violencia, una violencia que luego continua en una escalada de enfrentamientos con la mafia. ¿Y qué es esto? ¿Violencia como virus o simplemente una progresión clásica de sucesos? Otro tópico: la percepción alterando cuerpo y ser humano. Tom Stall es victima de la violencia, la percibe, y esto trae como consecuencia una dicotomía en su personalidad: Tom Stall y Joey Cusack, asesino implacable de la mafia de Filadelfia, conviviendo en el mismo cuerpo. Pero esta película de Cronenberg no nos deja lugar a la duda, a la ambigüedad, a planteamientos sobre identidad. Tom Stall es Joey Cusack y solo debe matar a los malos para acabar con un conflicto que se presentaba como más profundo. Y mejor no buscar lecturas sobre genética o violencia en E.U. por que el debate puede ahondar y la cosa sigue sin cerrar.
“Una historia violenta” es una película de precisa puesta en escena y una gran dirección de actores. Con el manejo del lenguaje clásico (¡Como gusta a críticos el uso de códigos de western!) Cronenberg vuelve a demostrar que le pueden tirar cualquier pelota y el tipo se las va a arreglar para hacer un par de jueguitos. La violencia de la historia tiene un registro personal, cercano al comic y con primeros planos a lo “Irreversible”. Ed Harris consigue un insuperable personaje de matón que carga en el rostro pasado y presente de Stall/Cusack y los minutos de William Hurt son exquisitos. Aunque a esta altura… ¿A directores con décadas de experiencia y prestigio como Cronenberg, se les puede pedir menos que esto? Seguramente menos sería una decepción amplificada por el apellido. Ustedes deciden: si una gran película, o solo una buena película sobrevalorada por el corpus de obras previas del director. Yo ya me decidí, y la verdad es que me quedo con la riqueza del Cronenberg de “Videodromo”, “Crash” o “eXistenZ”, por nombrar solo algunas.
1 comment:
muy buen blog tiene ud señor.
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