Millones

Si van al videoclub y ven en las bateas una película en cuya portada sonríe un niño pecoso, ¡ténganle fe!

Millones (Millons – Inglaterra, EU – 2004 – Danny Boyle)

Típico de festival cine. Uno asiste a una seguidilla de películas buenas y quiere ver todas por que tiene la sensación de que se puede perder algo importante (Claro que también ocurre lo inverso con las malas). Tras ver “Millones”, pasa algo parecido. Uno tiene ganas de seguir viendo cine, porque sino ataca esa misma sensación.

“Millones” cuenta la historia de Alex, un niño obsesionado con la vida de los santos, que pretende donar a los pobres un bolso repleto de dinero que le cayo (literalmente) del cielo. Argumento que si lo materializa la Disney y lo protagoniza Haley Joel Osment desemboca en algo realmente apestoso, pero que si cruzamos el Atlántico y lo dirige Danny Boyle, huele muy distinto. Por lo menos, de entrada, sabemos que contamos con dos fuertes: muchas ideas y un gran soundtrack. Y en “Millones” las ideas están en tal cantidad y las imágenes están acompañadas por los acordes de The Clash y Muse (Y no Coldplay como usaría el compatriota Winterbottom en la mediocre “Codigo 46”).

Si bien aparenta una fábula infantil sobre los valores y la niñez, es ante todo una película enérgica y ecléctica, un festival de recursos narrativos capaz de contagiar todo tipo de sensaciones. En una de las escenas más hermosas, Alex arma una casa con cartones al costado de una vía, para que cuando pase el tren, esta se sacuda como si fuera un samba. Por un lado una escena auto referencial que nos conecta con “Trainspotting” y por otro, una escena con la cual Danny Boyle parece dejar claro cual es su intención, poner al espectador frente a un veloz torrente que lo sacuda para todas direcciones. Y “Millones” funciona por momentos como entretenimiento infantil, como comedia, o como película de suspenso y siempre es efectiva por que se propone contar de las maneras más diversas e imaginativas escenas que pueden pasar desapercibidas en cualquier otra película y solo ver sus primeros o últimos cinco minutos alcanza como muestra.

Claro que tal apuesta por momentos confunde al espectador, la historia se desvía y no queda claro cual es cuentito moral que propone ¿el dinero debe circular o fluir como el agua? ¿el dinero destruye la infancia? La verdad es que no queda fácil y para didactismos nada mejor que los finales de “He-Man”. Y si bien la película busca la epifanía y nunca la alcanza de manera absoluta, sí logra emocionar y bastante.

Ahora a volver al videoclub y a indagar, que “Millones” da ganas de ver más cine y uno no sabe cuantas películas se le pasaron en el 2005 que realmente valen la pena. Calificación: 8




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