El método

EL ODIANTE estuvo en el Festival de Cine Mar del Plata y "El metodo", que también se estreno comercialmente el Jueves, fue algo de lo que vio. Gusto, entretuvo, pero, pero...
El metodo (Argentina, España, Italia - 2005 - Marcelo Piñeyro)

Tanto en una corporación como en la trata de esclavos se debe distinguir a la institución del individuo. La esclavitud y la tiranía son monstruosas pero los individuos que participan en ella pueden ser seres maravillosos: bondadosos, amigables, buenos con sus hijos, hasta buenos con sus esclavos, interesados en otras personas. Como individuos pueden ser cualquier cosa. En su rol institucional son monstruos porque la institución es el monstruo.
.- Noam Chomsky en el documental "The Corporation" (Jennifer Abbot, Mark Achbar – 2003)

La película de Piñeyro nos enfrenta al gran monstruo del siglo XXI: Las corporaciones. Monstruos sin cara visible más que una marca, un símbolo y un slogan y que representan muchos de los miedos más significativos de estos días: explotación, ecología, burocracia. Desde ese aspecto, esta adaptación de la exitosa obra teatral “El metodo Gronholm” se presenta como una atractiva y actual propuesta y confirma el ojo del director argentino para el cine publicitario. La pena, es que hay unos cuantos problemas que no logra evitar. El primero deviene del inconveniente de trasladar una obra de teatro al cine. Piñeyro les encaja todo el tiempo la cámara en la geta a sus actores, los fotogénicos y vendedores Pablo Echarri, Eduardo Noriega, y Najwa Nimri (La protagonista de “Los amantes del círculo polar”. Una mina que siempre que aparece en pantalla coge.) y se concentra más en recordarle al público lo carilindos que son estos tipos que en trabajar con el espacio y movimiento cinematográficos. Esta bien que la historia plantea a unos personajes (7 aspirantes en puja por el mismo puesto de trabajo) encerrados en unos pocos ambientes a merced de una sádica corporación, cuya anónima identidad se esconde en el fuera de campo. Pero… ¿Cuántas grandes películas se han hecho con un grupo de tipos encerrados en un cuarto? “El ángel exterminador” de Luis Buñuel, “Entre el cielo y el infierno” de Kurosawa o la más actual y no tan prestigiosa “El cubo” pueden ser algunos buenos ejemplos de cómo usar el lenguaje cinematográfico bajo estas premisas. En el caso de “El método”, la película si se mantiene es por ser un interesante ejercicio de guión –que a pesar de algunos defectos- consigue lograr enorme tensión en el espectador. El segundo problema que surge, es el subrayado con el cual se busca criticar al monstruo corporativo. Mientras Noriega y amigos se pelean por un puesto de trabajo, transcurre en la historia -también fuera de campo- una protesta antiglobalización por las calles de Madrid. Recurso que marca la falta de sutileza y la idea que tiene Piñeyro de sus espectadores: un grupo de gente demandante de explicaciones innecesarias y anestesiada por los productos televisivos de Echarri y la cultura más mediocre.

Atención: A partir de acá se cuenta el final de la película.

El problema más molesto de todos se da en el final. Carlos y Nieves (Noriega y Nimri) están por triunfar en la selección de personal y tienen la oportunidad de elegir entre vivir una historia de amor o someterse a la corporación. ¿Quién gana? La corporación. Nieves es abandonada por Carlos y debe marcharse sola por una calle desolada y deshecha por las protestas, lo que parece ser un camino hacia el Apocalipsis mismo. No gana el amor. No gana el arte. Sino que gana la institución monstruosa. Los personajes se someten como Piñeyro se somete a la industria. Y ahora yo me pregunto ¿Dónde quedo eso de El amor es más fuerte que se predicaba en su “Tango Feroz”? Calificación: 4

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