Entre besos y tiros

Un estreno directo a DVD con el cual el bueno de Robert Downey Jr. vuelve a tener protagónico.

Entre besos y tiros (Kiss Kiss Bang Bang – EU – 2005 – Shane Black)

Historia de detectives buddy-buddy insertada en el submundillo de Hollywood. Para que se den una idea de que la va esta película, Shane Black es el guionista de todas las Arma Mortal y El último Boy Scout. Como en estas, hay mucho diálogo ágil y canchero, mucha química entre personajes, mucha situación ingeniosa, en fin... buen entretenimiento. Esto sumado a una buena dosis de humor negro que tanto le hace falta a veces a las películas norteamericanas (En una escenita al personaje de Robert Downey Jr. le arrancan el dedo de un portazo, el tipo lo carga para que se lo puedan injertar en el hospital hasta que en un momento lo descuida y ¡¡se lo morfa un perro!!). El hecho de que la acción transcurra en Hollywood le sirve a Black para hablar -a través en gran parte de la voz en off del protagonista- sobre los mecanismos de la industria cultural y el estado del cine actual. Hay ideas sobre los elevados caches de las estrellas, sobre las escenas moralizantes con las cuales siempre se trata de llegar al público bien pensante o sobre los happy endings con los cuales Hollywood siempre cierra todo de manera redondita. Ideas que la convierten de alguna forma en una película autonciente y reflexiva, lástima que todo es tomado tan en joda y a la ligera, que en vez de convertirse en algo parecido a Las reglas del juego de Robert Altman, se termina por convertir en no más que fast food, algo que -como bien define el personaje de Nicolas Cage en la nueva y altamente recomendable The weather man- es fácil, sabe bien, pero no nutre realmente. En fin, lo que es la mayoría de las películas del Hollywood contemporaneo, del cual esta película parece querer -sin lograrlo del todo- diferenciarse un poco. Calificación: 6

Torrente 3: El protector

Por que muy probablemente nunca se estrene en cines y ya se consigue el DVD importado por ahí.

Torrente 3: El Protector (España – 2005 – Santiago Segura)


Recuerdo una vez a un profesor bastante academicista decir en clase: “dejémonos de joder, el culto bizarro es un culto al cine malo”. Afirmación para nada errada y con la cual el buen hombre nos quería dejar claro que más allá del cariño o la simpatía que pudiéramos sentir por ciertas películas, nunca debíamos perder nuestra capacidad critica. Bien. Torrente 3 es mala, y quiero dejar claro que soy de los que le encanta la desfachatez, la incorrección y el espiritu de las películas de este detective raramente entrañable personificado por el gordo Segura. ¿Por qué es mala? Humor obvio y fácil (+ chistes robadísimos), guión pésimo (cero articulación entre escena y escena, situaciones súper convencionales), personajes en su mayoría sin gracia (Segura no logra buenos reclutamientos en esta parte) y lo que es común entre los “bizarros”: la convicción de que hacer un cine malo, por que es “bizarro” (lease: destinado por diferentes razones a ser de culto), esta bueno. Pero lo peor de todo, es sentir a esta película como una reproducción del mas canallesco cine comercial de Argentina -con más plata, claro-, algo así como una versión ibérica de los productos Franceleanos. Y loco... uno se puede cagar de la risa con Torrente o los personajes de Francella, pero no alcanza. Hagan buenas comedias, pongan buen acompañamiento a estos personajes. En esta tercera parte a Segura le salta la ficha mal, se le nota que lo apuraron para hacer guita (¡En España fue record historico de taquilla!). Por más que trate de salvarse poniendo con autoconciencia antes de su nombre: “mal escrita y peor dirigida por...”, su acto no deja de provocar desprecio. Y que un par de momentos de buen humor negro e incorrecto no empañen la visión de los que tanto queremos a Torrente, esto es cine comercial del peor. Calificación: 3

La marcha de los pinguinos

EL ODIANTE se transformo en pingüino durante algunos minutos.

La marcha de los pingüinos (La marche de l´empereur – Francia – 2005 – Luc Jacquet)

Documental que describe con imágenes hipnóticas el arduo ciclo de vida de los pingüinos emperador en la Antártida. Todo brilla en él: Los bloques de hielo, la aurora boreal, el pelaje de los animales. Todo tiene una belleza irreal, capaz de contagiar la sensación de que se contempla un paisaje fuera de este mundo. Filmado con una cámara que se esfuerza por borrar sus huellas y se camufla con los ojos de los palmípedos. Capaz de hacernos creer, por momentos, que hace más frío en la oscuridad de sala de cine y que nos hemos convertido en un pingüino. Pero... solo por momentos, ya que la narración se apoya en la voz en off, un recurso que si bien aporta datos importantes -Ejemplo: ¡los pingüinos aguantan sesenta y cinco grados bajo cero!-, peca de distanciarnos de la intimidad con las aves marinas. Y no solo eso, sino que además provoca lecturas no del todo inofensivas. Se puede decir que esta raza de pingüinos (a pesar de su nombre) es una raza pobre, ya que viven en un terreno inhóspito, en el cual se deben de sufrir las miserias del clima más extremo y en el que por carencia de recursos se deben hacer enormes esfuerzos para conseguir alimento y reproducir la especie. También se puede decir que la película, con su discursillo en off que se encarga de resaltar que “en el lugar más difícil de la tierra, el amor encuentra una manera” o “la vida resiste ante los más duros embates del clima”, no hace más que festejar la pobreza y ser funcional a un capitalismo tan jodido como las condiciones del ecosistema antártico. Una lectura nomás. Lo cierto, es que sin esta humanizante voz en off la película se hubiese perdido el Oscar y unos cuantos espectadores, pero mejor hubiese sido ensuciar un poco menos las imágenes con ella y dejarnos sentir, durante mas tiempo, como un pingüino. Calificación: 6