¿Y tu que sabes?

El estreno en pantalla grande de la película a continuación solo se entiende por el boom Matrix. Su afiche reza: “Matrix arrojo las preguntas, esta película te da las respuestas”. Aclaro que aunque no me parece una joya del séptimo arte, simpatizo bastante con aquella película de los Hnos. Wachowski, pero eso sí, que daño que le hizo al cine en estos últimos años. Aquí una de sus secuelas tontas...

¿Y tu que sabes? (What the +$*! do we (k)now - EU- 2004 - William Arntz / Betsy Chasse / Mark Vicente)

Esto se puede leer como esos libritos que se venden por ahí para iniciados en algún tema o autor. En este caso sería: “Física Cuantica o Neurobilogía para Principiantes”. Una serie de explicados sobre la vida, la realidad, el amor, la felicidad, la vejez y todas esos temas importantes desde las perspectivas de estas teorías. La película se compone por dos partes entrelazadas, una documental con mucha entrevista a intelectuales y capos en la materia, y otra ficcional que sirve de ejemplificación para cada premisa arrojada en la otra parte. Lo que es documental es atrapante siempre en la medida que a cada uno lo seduzca el tema (a mi me sedujo), pero lo que es ficcional verdaderamente apesta. Se trata de unos bloques absolutamente innecesarios, feos, y de un didactismo de jardín de infantes, protagonizados por la actriz sordomuda Marlee Matlin (la misma que ganó el Oscar en los 80´ por Te amare en silencio) que por momentos alcanzan a producir una vergüenza ajena muy difícil de tolerar (¡Por Dios! ¡La escena del baile polaco con los sueros colgando es para retorcerse!). Todo con una estética absolutamente televisiva que poco tiene que ver con el cine. Calificación: 3

La última victima

El terror evidentemente es un genero bastante rentable para que se estrenen porongas como esta en los cines.

La última victima (Cry Wolf – EU – 2005 – Jeff Wadlow)

Primera escena: Minita corre por un bosque, asesino enmascarado la persigue, minita se tropieza, asesino se le acerca, minita se esconde, asesino la llama al celular que ella tiene encima, el aparato suena, asesino la ubica, asesino le pega un corchazo. Lo que viene luego es mas de la misma receta: puro cliché + una pizca de inteligencia. High School, jóvenes ricos y aburridos, pendejitas lindas, psicopata asechando por ahí. Hay algún momento bien logrado, nada fuera de lo común, pero pasable. El gran problema es el final. Esta es otra de esas películas con finales dotados de vuelta de tuerca alla Sexto sentido o Sospechosos de siempre, esos finales que tienen una serie de flashbacks en los cuales se le muestra al espectador como en realidad era la cosa para que este se sorprenda y diga: “¡Que guachos, que bien la pensarón!”. Pero la verdad es que en este caso no la pensaron nada bien, el final de esta película es cuaaalquieeeraaa (Y este año ya van varias así: Alta tensión, El juego del miedo 2, Noche diabólica) La gran pregunta es: ¿por que esta de moda en el cine este tipo de recurso? ¿Se trata de la negación de la narración clásica en pos de una identidad narrativa actual? ¿Se trata de las ganas de sorprender a un espectador que ya no se puede sorprender con nada? (Y si, estamos en los tiempos de DVD y todos tienen acceso a todo tipo de cine.) ¿O se trata de una simple maniobra desesperada para tratar de llamar la atención del público y su bolsillo? No lo se... acepto otras hipótesis. Calificación: 3

Terror a bordo

Finalmente Riquelme esta fuera de la selección. Un jugador pecho frío, falto de vertigo, de gracia, un bodrio total. Y no se discuten sus condiciones de jugador, pero como hincha, el fútbol para mi es algo más que un deporte (no se si llamarlo espectaculo) y ver a este tipo con la 10 realmente me aburría mucho. Así que para celebrar y contrarrestar la apatía riquelmista... una película con toda la onda.

Terror a bordo (Snakes on a plane - EU - 2006 - David Ellis)

Cuentan las leyendas en internet que a Josh Friedman, co-guionista de la reciente versión de La guerra de los mundos- le llego el encargo de completar el guión de un proyecto caratulado como “Snakes on a plane”, un título que le pareció absolutamente insuperable. Entre idas y venidas con los estudios, Friedman nunca consiguió el trabajo y lo que es peor: se entero de que el proyecto había mutado el nombre por el insípido “Pacific Air Flight 121”. Indignado ante la situación, el hombre se manifestó desde su página hucksblog.blogspot.com elevando el título de “Snakes on a plane” al status de frase generacional, aportándole un sentido que al español bien se puede traducir como “que te puedo decir”, “que se puede hacer” o “las peores cosas pueden ocurrir”, ideal para ser usada cuando algo sale mal. Resulta que el escrito tuvo tanta repercusión en la red que cientos y cientos de personas se manifestaron ante el estudio para que el titulo vuelva a ser el de antes, pedido al que se termino de hacer caso cuando Samuel Jackson, convocado para protagonizar la película, puso como condición indispensable que se llamara finalmente “Snakes on a plane”. No solo eso, el fenómeno hizo tanto ruido en Estados Unidos que la película tuvo miles de fanáticos aún antes de ser terminada y los estudios hasta decidieron, por pedido de la gente, filmar nuevas escenas para pasarla de apta para mayores de 13 años a apta para mayores de 18 y hasta agregar a Jackson diciendo: “I want these motherfucking snakes off this motherfucking plane”. Claro que la burocracia de los distribuidores nacionales termino finalmente por arruinar el título en cuestión con su original Terror a bordo, ( título q encima lleva una película de Phillip Noyce con Nicole Kidman de hace unos añitos nomás)

Y bien.. a todo esto: ¿pueden adivinar de que se trata la película? Ni mas ni menos que de eso: 450 serpientes sueltas, drogadas y excitadísimas en un avión lleno de pasajeros, y en el medio, un detective -Jackson en un papel en el que muestra toda su autoridad- protegiendo a un testigo clave para que llegue a declarar contra un capo mafia de la peor calaña. Y así es, tan absurda como se pueden imaginar (Dirigida por David Ellis, el mismo de las absurdísimas Cellular y Destino Final 2) y por esa misma razón, entretenimiento puro. Sin ningún tipo de pretensión mas que darle al público toda la diversión que desea. Si bien es mas efectiva como comedia que como filme de suspenso, la presencia de la bichas nunca deja de ser tensionante. Estas serpientes entre reales, de plástico y diseñadas por CGI, son capaces hasta de masturbar a una vieja de sesenta años, morder tetas y porongas, o comerse a un tipo vivo enterito enterito. Hollywood ha sabido escuchar y ha aprendido, la gente esta cansada de su espectaculos solemnes, conservadores, y puritanos (o en terminos más propios: "caretas"), y es por esta razón que esta película con su argumento clase B que parece robado de alguna bizarreada exhibida en Sábados de Superacción ya se ha convertido en todo un fenómeno internacional y acá en nuestro país tampoco faltan espectadores.

Otro Septiembre, y esta película que fácilmente puede funcionar como contrapunto de Vuelo 93 de Paul Greengraas, demuestra que después de aquel 11 de hace cinco años, con terroristas armados o serpientes que ironicamente provenien en su mayoría de “medio oriente” –para los norteamericamos y el mundo- los aviones son el nuevo lugar donde yace el terror. Calificación: 7

Division Miami

Los amantes de la acción y el policial, de parabién. Directo a DVD y en todos los videoclubes: Fulltime Killer de Johnny To (¡Alquílenla ya!). Y en cines, una de las mejores películas de genero del año...

División Miami (Miami Vice – EU / Alemania – 2006 – Michael Mann)

Lamento desilusionar a alguno, pero desde ya les advierto que no están esos colores blanco y salmón predominando en los trajes con remera, ni los hits de sintetizador decorando cada persecución en lancha o descapotable, ni mucho menos el jugador de pelota vasca y esa especie de cacatúa (¿A que no se acuerdan de esto?) que se pueden ver en la presentación de la nostálgica serie. Es que no se trata de otro regodeo en el nuevo fetiche pop de turno, sino que lo de Michael Mann es en serio. Su nueva película es un policial lúgubre, violento, melancólico, de esos como los que ya no se hacen, en el cual la marca División Miami y los nombres Sonny Crocket y Ricardo Tubbs funcionan solo como gancho marketinero. Hasta por momentos (y creanme que no escribo ninguna barbaridad) esta nueva versión de División Miami se parece a una película de Wong Kar-Wai: los encuadres, los movimientos de cámara, la espectral paleta fotográfica, Gong Li protagonizado otro amor irrealizable. Algo atípico si se tiene en cuenta la estupidez del cine de acción de moda en el mainstream, con sus explosiones gratuitas y sus héroes de cartón haciendo un chiste cada vez que acaban con un tipo. Acá -y como también pasaba en Fuego contra fuego o Collateral- los malos tienen cara de malos en serio y a todos los personajes se les cree, tanto como cuando pelean, como cuando garchan; y sí... las escenas de acción son pocas, pero siempre precisas y funcionales a la trama.
Los tiempos han cambiado, no estamos en los ochenta, los narcos ahora usan notebook, pen-drivers y satelites (como muestra Mann siempre atento a los avances de la tecnología) y el tráfico de droga se ha puesto más jodido todavía. Mann también cambio desde aquellos días al sol con Don Johnson, ahora es un director personal, adulto y arriesgado y ya se ha convertido en uno de mis preferidos. Hacen falta más policiales como este. Calificación: 9

Vuelo 93

Hoy se cumplen 5 años del 11-S, así que nada mejor que dedicarse a una película sobre lo ocurrido en aquella fecha.

Vuelo 93 (United 93 – EU / Francia / Reino Unido – 2005 – Paul Greengrass)

En lo primero que uno puede pensar al presenciar algunos momentos de esta película, es que esta ante una reconstrucción de los hechos relacionados con el cuarto avión que se estrellara la mañana del 11-S (ese que supuestamente iba a dar contra el Capitolio en Washington), producida por un programa de noticias o algún canal de documentales. Algo bastante alejado de lo que comúnmente son las ficciones cinematográficas de Hollywood basadas en hechos verídicos. Sin tramas secundarias innecesarias, ni heroísmos individuales a caballo de alguna estrellita de turno, ni escenas romantizadas, o música remarcando cada emoción. Una película que esta mas cerca de la manera setentosa de reproducir en pantalla grandes sucesos históricos, que de la actual: post-Titanic y amanerada. Lo que propone Greengrass es un acercamiento crudo, seco, contundente sobre los hechos. Y los resultados son bestiales (La escenita final con esos pasajeros desesperados encabezados por el ex - luchador de judo enfrentados a ese terrorista tan joven y parecido al Kun Agüero, es terrible), sin actores famosos y con una cámara puesta casi siempre en la perspectiva de alguno de los sujetos involucrados. Lo que la película vende es la mirada mas realista sobre lo que pudo haber pasado en ese avión.

Ahora la gran pregunta es: ¿qué paso en realidad? Lo que hace ruído desde el principio hasta el final en Vuelo 93 es justamente esa manera realista de enfocar el tema cuando nunca se va a saber bien que es –y perdonen la tautología- lo que en “realidad” paso, ya que ningúno de los testigos sobrevivieron a la tragedia en cuestión. O sea: toda una contradicción. La anécdota de la realización del filme es que Greengrass y su equipo contaron con los alegatos de los familiares de las victimas, quienes recibieron llamados telefónicos de sus allegados desde el avión dándoles información sobre lo que estaba pasando minutos antes de que todo se fuera a pique. Pero: ¿alcanza esto para construir la totalidad de la realidad que construye la película? Por ejemplo: ¿para saber que ocurría en la cabina entre los terroristas? Ok, también esta la caja negra del avión. Pero momento, cuando ante los ojos del mundo una de las hipótesis es una conspiración encubierta en parte por el gobierno de los EU, esto tampoco alcanza como fuente fiel. Vuelo 93, no hace mas que legitimizar la versión oficial, sin nunca dejar lugar a las preguntas. Algo que no deja de resultar siniestro, ya que Hoollywood y los medios nunca dejaron de ser funcionales a un enfoque unilateral sobre los hechos, antes (Presten atención a la apología sobre el 11-S en películas como Swordfish o Daño Colateral en la que un bombero protagonizado por Arnie “gobernador de California” Schwarzenegger pierde a su familia en un atentado terrorista, ambas realizadas antes de la fatídica fecha), durante (acuérdense de la llamativa organización para censurar los cadáveres y la sangre en todas las señales de televisión) y después de que ocurrieran (y acá es cuando se ubica esta película.).

En fin, toda una experiencia cinematográfica potente y atípica, pero que a la vez resulta imposible ver con inocencia y sin cuestionamientos. ¿Se animaran a hacer una película sobre el avión que se estrello en el Pentágono? Calificación: 6

Manderlay

En la entrega anterior de EL ODIANTE nos dedicamos al indio Shyamalan, un director petulante, vanidoso... creidísimo; adjetivos que para nada desentonan en el responsable de la película a continuación.

Manderlay (Manderlay – Dinamarca / Suecia / Holanda / Francia / Alemania / Reino Unido – 2005 – Lars Von Trier)

Hay algo que hay que reconocerle a esta película y son las ideas que posee su guión, que no solo le sirven a Von Trier para hablar de la esclavitud y el racismo en EU, sino que además lo convierten en un interesante ensayo sobre las relaciones de poder y la naturaleza humana en si. Cuento un poquito: Grace (el personaje interpretado otrora por Nicole Kidman) llega al pueblito del titulo y se entera de que en este todavía existe la esclavitud, luego de ser abolida setenta años atrás. Con ayuda de su papi mafioso y su horda de matones, Grace –ahora interpretada por otra ayudada por papito: Bryce Dallas Howard, hija de Ron Howard- libera a los esclavos, pero... resulta que los negritos a lo largo del relato quieren seguir siendo sometidos. Hasta acá bien, el gran, grandísimo problema es la manera en que se propone Von Trier filmar sus ideas, o mejor todavía, el ideal que tiene sobre el cine como arte. Devuelta el tedio insoportable de la obra de teatro filmada, peor que eso, en el teatro el espectador se puede proyectar sobre los actores. Acá las actuaciones están fragmentadas por un montaje de mierda que no permite ni la más mínima empatia o catarsis del público y la voz en off propuesta por este semi Dios danés se empeña en subrayar cada emoción de los personajes. Y así como poco importan los actores y sus labores (Cómo carajo se prestan Lauren Bacall, Williem Dafoe y John Hurt, no lo se), tampoco importa la puesta en escena, ya que devuelta en una repetida y supuesta “provocación estética” se anula el escenario y se lo cambia por el infinito negro y las marcas en el piso. En definitiva, poco importa la imagen, lo único que importa parece ser el discursillo grandilocuente y omnipresente del tipo, ahora obsesionado con Estados Unidos, tema que en vez de parecer de un genuino interés parece otra maniobra apuntada a llamar la atención de forma mas masiva. Como obra literaria o como obra teatral, puede estar bien, pero como obra cinematográfica esto es una garcha. El ambiente en que transcurre la película fácilmente recuerda al de Días de Gloria de Terence Malick, como en aquella hay campo con agricultores explotados, terratenientes agazapados en una mansión panóptica y hasta hay en Manderlay una tormenta de arena pronta al desenlace que bien podría ser una transiguración de la invasión de langostas de la otra. La diferencia es que lo de Malick es cine al 100%, puro amor por este arte, una búsqueda apasionada y genuina dentro del universo de las imágenes. Lo de Von Trier es algo contrario, el cine para él es solo un instrumento para hacer ruido y promocionarse como supuesto artista provocador y relevante. Una verdadera farsa. Calificación: 2