S.O.S. llegaron mis amigos

Esta son la clase de películas que solo veo por que mi oficio de colaborador en une revista me lo exige. Salvo algunas excepciones, creo que el cine de masas frances es -como diría Lorenzo en Hermanos y Detectives- una garcha total.

S.O.S. Llegaron mis amigos (Bronzes 3: amis pou la vie, Les - Francia - 2006 - Patrice Leconte)

Seguramente el cine francés sigue siendo de una variedad rica e interesante aunque hay que reconocer que su beta mas comercial nunca fue de lo más atractiva, y si ha esto le sumamos la escasez de exponentes que llegan a las salas de nuestro país, el estreno de esta película resulta un absoluto despropósito. S.O.S. llegaron mis amigos, título local que oculta que se trata de la continuación de otras dos películas –el original es Bronzes 3-, es de esas que denotan la intención de un grupo de viejos amigos por juntarse, pasar un buen rato y de paso hacer unos billetes, sin importar mucho todo lo demás. El resultado que logran Leconte y sus amigos actores (también autores del guión) es el de una fiesta ajena vista a través de un vidrio: los que participan de ella se divierten pero uno no sabe bien por que. Una comedia de enredos con situaciones ultra predecibles, humor vulgar y gags pasadísimos y faltos de toda inspiración, musicalizada en gran porcentaje por un tema de la banda Mana, que es para terminar odiando. Las películas de Leconte (como tal vez la de todo el cine francés) se dividen entre dos categorías: las de particular y genuino interés -El marido de la peluquera, La mate por que era mia, La chica del puente- y las pensadas como el mas común entretenimiento popular, las cuales en Hollywood y en otros lados, se suelen hacer mucho mejor. Calificación: 2

Cars, y el cine de animación digital

Cars gusto poco y nada. Acá un tardío comentario sobre la película y el cine de animación digital.

Cars (EU – 2006 – John Lasseter)

Cars, ante todo, tiene un problemita, es una más en el montón. Además evidencia una tendencia que ya era clara desde hace unos años: el cine de animación digital pierde calidad en proporción inversa al aumento de la producción. Si uno revisa los rankings de taquilla de los últimos años, las de animación 3D arrasan. Buscando a Nemo, Shrek 2, Madagascar, todas encabezaron listas de taquilla tanto en Argentina como en otros países. Fenómeno que desde hace unos años hizo captar la atención de todas las majors logrando que la producción se maximice. Asi es que Fox, Dreamworks, Paramount, y el resto salieron a competir con productos apurados y mediocres, que a pesar de su bajo nivel se llevaron cifras multimillonarias. Consecuencia: todo se convirtió en una gran fábrica de chorizos y las películas de esta suerte de genero comenzaron a estandarizarse. ¿Cuántas películas con animalotes salvajes ya tenemos en lo que va del año?

Hasta acá nada nuevo. Lo triste es que este proceso termino por afectar a Pixar y su principal hombre, John Lasseter. Entre idas y venidas con la Disney, la empresa de la lamparita perdió su impronta y como consecuencia sus películas se empezaron a parecer a todas las de los demás. Cars, como el resto actualmente, trabajan sobre moldes hechos. Acaso: ¿cuantas veces nos conto Hollywood la historia del personaje de ciudad acelarado que se enfrenta con los valores de un grupo rural? En Cars, contada a través de un autito corredor de Nascar, llamado Rayo Mc Queen (en claro homenaje a Steve Mc Queen, por supuesto), que queda varado en un pueblo olvidado a causa de la construcción de una rápida carretera interestatal. Razón que hace a la película por demás tediosa y ultra predecible en cada tramo. No solo eso, además es larga (casi dos horas de duración.). Pero el copiar un western olvidado (La era de hielo), trabajar con un cuentito melodramático clasiquísimo (Buscando a Nemo) o rehacer Los Siete Samuráis (Bichos) no es lo que les quita calidad. ¿Cuántas veces el cine nos contó las misma historia y nos volvimos a emocionar? El problema no es solo copiar moldes a los tumbos.

La cuestión es que desde Toy Story (Que en mi opinión junto con Toy Story 2 y la primera Shrek, son las mejores hasta hoy.) este genero, a pesar de su afinidad con el de dibujos animados, se diferencio en parte por darle vida a universos inertes o inexplotados ( el de los juguetes, monstruos, hormigas, etc) y por sobre todo por lograr una ambivalencia de público, es decir: las primeras películas de animación digital fueron pensadas y logradas tanto para niños como para adultos. ¿Ahora que pasa cuando se producen con apuro por facturar? Se pierde esa ambivalencia que precisa de un fino trabajo. Que el chiste de Shrek haga reír a al pápa y al borrego por igual, es uno de los secretos y esmeros de la película. Pero en Cars, el humor en la mayoría de los casos es solo infantil. O para dar otro ejemplo: en la reciente Vecinos Invasores la metáfora a la política migratoria de Estados Unidos queda ahí, nunca crece, ni trasciende. Estas películas no logran, como si lo hacía Toy story o Shrek, enhebrar un atractivo adulto con un atractivo infantil.

Sobre Cars en particular, además hay que agregar problemas de verosímil (Un ejemplo solo nómas: ¿Por qué un mundo de autos posee la misma arquitectura humana?), o de ritmo narrativo (las escenas de carreras a puro corte y velocidad “vertiginosa”, son espantosas.), pero lo que importa para el caso es que este cine perdió en personalidad, corazón, e inteligencia. Y sino, que mejor muestra de esto último que las horrendas voces de personalidades argentinas (¡Por Dios! ¡Llamen a actores o tipos con oficio al menos!) que les ponen ahora, para dejar en claro como se perdió totalmente el respeto al publico. Calificación: 4

Hard Candy

Esta es de esas películas que en los tiempos que corren resultan totalmente descartables como opción en las carteleras. Primero, por que es menor y como experiencia "cinematografica" es poca cosa. Segundo, por que salió en DVD hace meses en perfecta calidad de imagen y audio.

Hard Candy (EU - 2005 - David Slade)

Filme de suspenso chiquito y ultra minimalista, tanto que llama bastante la atención el desacorde tamaño de los afiches que se pueden encontrar en las salas para su promoción. No hay mucho más que dos personajes protagónicos, unas escasas locaciones, y un guionista y un director jugando a sacarle un provechoso partido a estos mínimos elementos. El argumento es sencillo, un fotógrafo de 32 años conoce por chat a una adolescente de 14, la invita a salir y cuando la lleva a su casa descubre que la chica de aspecto encantador e inocente que encima escucha a ¡¡¡Coldplay!!!, es un caramelito difícil de pasar. En lo primero que uno piensa es que esta frente a una especie de Audition en clave modernista, pero con el correr del relato se descubre que la película dista bastante de la sorpresa, truculencia y perturbación de aquella obra maestra de Takashi Miike. Hard Candy se queda en el tedio de la puesta teatral, que el debutante David Slade solo rompe por momentos con algún jugueteo de cámara en los que muestra su oficio videoclipero, y lo peor: se tarda un montón en definir de que lado están sus personajes. Nunca se termina de saber si la chica en cuestión es un monstruo o un ángel vengador, ni mucho menos de saber si realmente hay algún bueno en la historia. Ambiguedad que para algunos puede resultar interesante, pero que a un filme de suspenso que necesita la identificación del espectador para ser efectivo, le resulta absolutamente en contra. Calificación: 4

Pequeña Miss Sunshine

En relación al nuevo y muy buen disco de My Chemical Romance, The Black Parade, un amigo me hizo el siguiente comentario: “Y es asi, los yankees no lo pueden evitar. Cada tanto siempre tienen que sacar una de esas banditas punkies, que por mas que hagan siempre lo mismo, no dejan de ser super emotivas y re efectivas”. Coincido. Llamativamente con la película a continuación, pasa algo muy parecido.

Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine – EU – 2006 – Jonathan Dayton / Valerie Faris)

Esta película da la sensación de que ya se hizo varias veces en el cine norteamericano: familia disfuncional, personajes perdedores y estereotipados, viaje de una ciudad a otra ciudad que va a terminar uniéndolos... Pero Pequeña Miss Sunshine tiene algo que la hace única, y es su emotividad. Ya desde la excelente elección de la banda sonora, donde se notan los años de experiencia trabajando para artistas musicales del matrimonio Dayton-Faris, entre otras cosas responsables de los videasos Tonight, Tonight de The Smahing Pumpkins e Imitation of life de R.E.M. (y que afortunadamente son de esos directores de clips que en su paso al cine, no confunden lenguajes.), la película conquista. Y esto, por sobre todo, gracias a la humanidad con que trata a sus personajes: una familia bien White Trash que se une para llevar a la niña del grupo a un concurso de belleza en una camioneta Wolkswagen defectuosa y destartalada -símbolo total de esa basura blanca- a una ciudad a millas de distancia. Ya lo de Greg Kinnear como padre de familia, es de lo mejor de su carrera, un loser total e insoportable que encima se cree winner e idea un plan de nueve pasos para triunfar en la vida. Personaje al que por supuesto todo le sale mal, pero al que la película nunca condena ni lo usa de hazmerreír, sino que además de reflexionar sobre los ideales norteamericanos a partir de él, le da la oportunidad de que se redima, de que aprenda como ser humano y cambie positivamente (la escena del tipo arrodillándose para que a su hija la dejen participar a toda costa en el concurso, es brillante.). Algo que no se ve en mucho en el cine actual: verdadero amor por sus personajes. Y contando con esto, mucho no importa cuantas veces parezca que ya hemos visto la misma película. Otra vez, los norteamericanos haciendo lo que bien saben hacer. Calificación: 8