SEAN PAUL: We be burning



Bueno, como avise, acá va para ustedes el primer trabajo audiovisual de mi autoría que decido subir al blog. En este caso, realizado en conjunto con mi novia Paula. Se trata de un video clip que hicimos para la canción We be burning de Sean Paul. Todo fue hecho con una vaquita bailarina traída desde Brasil, una bolita de espejos comprada en un emporio de baratijas importadas (otrora Todo por 2$) y unas cuantas horas de edición.

Solo imagínense lo que podríamos hacer con un poquitito más de presupuesto.

Soy Leyenda

Este último fin de semana asistí a la proyección gratuita de La señal, primera película programada para el autocine de Parque Centenario, organizado por el flamante Gobierno de la Ciudad bajo el lema “Aires Buenos Aires” (ya conocen la prosa macrista). Acerca de la película, tengo que decir que se trata de un despropósito, millones gastados en un mero ejercicio de imitación al policial negro clásico norteamericano, donde Darín se saca el capricho de jugar al Philip Marlowe y el peronismo solo juega un papel decorativo. En concecuencia: vieja, predecible, aburrida; lo único que explica que halla sido una de las películas argentinas más taquilleras del 2007, es la gran simpatía del público vernáculo por Ricardito. Mejor, aires nuevos aires para el cine nacional. Acerca del evento, muy mal organizado. La película estaba anunciada para las 21hs, cuando por estos días el sol recién desaparece un rato pasada esa hora, lo que hizo que en principio la pantalla no se vea nada bien. Y para complementar, el sonido fue un desastre: durante la primera media hora casi ni se escucho y luego parecía que se emitía desde una freidora rebosante de aceite espumosa. Esperemos que para la próxima los muchachos, aunque sea, hagan una prueba de sonido antes de largar. Por que a pesar de todo, ver algo de cine al aire libre, bajo un cielo estrellado y una multitud de gente alrededor, fue bastante estimulante.

Ahora, mi lector comunista, pasemos al cine estadounidense y pago.

Soy leyenda (I Am legend – EU – 2006 – Francis Lawrence)

El cine tiene que verse como un arte autónomo, sino, entre otras cosas, sería una rotura de huevos. Cada vez que uno desease discutir sobre una película tendría que clavarse la novela, el cuento, o cualquiera sea la obra en que se base. ¿Pero que pasa cuando la película adapta una de las novelas más leídas y queridas de la sección literatura fantástica y/o ciencia ficción? Esta bién, no vamos a pedir que la respete literalmente página por página, lo que también sería una rotura de huevos total, pero sí, que conserve el tronco, la esencia misma del texto. Eso que tan bien supieron hacer tipos como Coppola con El corazón de las tinieblas de Conrad, Cronenberg con Crash de Ballard, o más cercano al género, Peter Jackson con la trilogía El Seños de los Anillos de Tolkiem. Soy Leyenda es una buena película, pero esto independientemente de la gran novela homónima de Richard Matheson. Tiene una duración justa, ahorra en explicaciones innecesarias, trabaja tanto la complejidad psicológica de su protagonista como con la aventura física que este debe sufrir a diario, y tiene más de una escenita muy bien lograda; más alguna otra virtud que seguramente estoy dejando de lado. Pero como adaptación, es una garcha, una traición total al espíritu del texto. Más cercana a Bob Marley que a Matheson. Con un Robert Neville convertido en Cristo redentor en vez de excepción a la normalidad propuesta por ese nuevo mundo vampiro, en un final que arruina todo lo que la película bien construye durante un buen rato. Hollywood nos sigue debiendo una buena adaptación de Soy Leyenda. A seguir participando. Calificación: 6

Lo mejor del 2007

Antes de comenzar me gustaría comentar lo que me quito entusiasmo para escribir durante estos últimos meses y que fue mi alejamiento de la Revista Haciendo Cine. Luego de colaborar para esta publicación por casi dos años, decidí cortar al enterarme por otro medio gráfico de que la cabeza (o sea uno de los dueños) de esta Revista pertenecía al macrismo, segmento político con el que tengo poco y nada en común ideológicamente. Cabe destacar que todo lo que labure para este medio, que cuenta con sponsors multimillonarios, fue casi gratis (por que lo que me pagaron solo por alguna nota apenas si califica como “simbólico”) y que nunca, además, tuve un agradecimiento formal por parte de alguien más que el “gracias” de mi editora. Así es que a mi decisión de dejar de escribir, casi como que tengo que terminar a las trompadas para que me pagaran unos miserables pesos que me debían, y todo termino muy feo por otras razones que no tengo ni ganas de contar. Todo esto hizo que mirara alrededor y considerara lo ingrato que puede resultar dedicarse a la prensa cinematográfica, y por lo tanto, tratar de abrirme y volver a explorar mi faceta de realizador audiovisual, de la que también ya subiré algunos trabajos a este blog para que puedan ver. ¡Ya esta! He recuperado mis ganas de volver a escribir, así que acá estoy.

Las mejores películas del 2007 según El Odiante

Este fue el año en que el impacto de las nuevas tecnologías se sintió con más fuerza que nunca y principalmente dado al nivel de accesibilidad que alcanzaron las mismas. Unas cuantas compañías ofertaron conexiones de Internet rapidísimas por un abono mensual que no superó el precio de dos kilos de zapallitos durante el invierno, y monitores de LCD, Home theaters, y reproductores que leen hasta formato Divx pasaron a costar para el consumidor lo que cualquier electrodoméstico durante la era menemista. Además, por otro lado, el 70% de las películas de cartelera se pudo conseguir de manera pirata al momento de su llegada a las salas y el precio de las entradas de cine se hizo mucho más elitista, sumado a que lo estrenado –como ha pasado en los ultimos años- no dejó de ser otra vez insatisfactorio . Todo esto llevo a que durante el 2007 ver cine se convirtiera aún más en un acto hogareño, individual y egoísta. Personalmente, este fue uno de los años de mi vida en que más películas pude ver (casi a razón de una por día), pero mucho en DVD y poco en cine. Material muy bueno pero que en gran parte pude comentar solo con unas pocas personas, por que todos estaban viendo “su” cine: bajado de Internet, alquilado en algún videoclub con importados, o comprado en un bolishopping. Así que esta lista que viene a continuación (que no es de diez películas sino de nueve) es lo que me pareció más sobresaliente dentro de esa porción de cine que pude ver y a la vez pasó por las carteleras porteñas. Que aclaro, es muy distinta a la que podría armar contando todas las películas de producción reciente que pude ver a los largo del año pero que no pasaron por el cine o todavía no se estrenaron localmente en ningún formato (el caso de Promesas del este o Planet Terror). Con el paso del tiempo, nuestro mundo se acerca cada vez más al de aquella distopia planteada por Bradbury en Fahrenheit 451: cada vez más encerrados en nuestras casas, con pantallas cada vez más modernas y colosales, y cada vez más temerosos, reacios e incapaces de salir al mundo a compartir algo con el resto de los seres humanos que lo habitan.

Apocalypto: Al poco tiempo de hacer declaraciones dignas del primer mandatario iraní, Mel Gibson se mando con una demencia hablada en maya, sin actores conocidos y de una brutalidad pasmosa; lo que lo llevo a ser considerado un terrorista cinematográfico y a que su película halla sido malinterpretada, prejuzgada y vilipendiada. Digan lo que digan, se trata de la experiencia más pura, visceral y espectacular que se pudo ver en pantalla grande.

Black Book: Nazis, tiros y conchas. Verhoven volvió a su Holanda natal y a hacer una película como las que bien sabía hacer, esas en las que pasa de todo, y a puro ritmo, inteligencia y explicites. Tal vez su mayor mérito es el de narrar hechos relacionados con la segunda guerra mundial sin caer nunca en blancos y negros, como también mostrar que la pesadilla recién empezaba para algunos una vez terminada la contienda. Carice van Houten es la heroína del año.

Bucarest 12:08: La novedad (aunque luego de 4 meses, 3 semanas y 2 días, ya no tan novedad) de lo últimos tiempos, el cine rumano. Chiquita, minimalista, económica, pero dedicada a un tema complejísimo y de gran importancia: el tratamiento de la información y la Historia en los medios de comunicación. Una demostración de cómo con pocos recursos y un trípode en mal funcionamiento se puede hacer una película enormemente valiosa.

La conquista del honor: De las dos películas bélicas estrenadas por el gran Clint, esta seguramente es la más interesante, ya que apunta en varias direcciones y no en una sola como lo hace Cartas desde Iwo Jima. No se trata de un simple cuento antibélico, ni mucho menós de una aventura en el campo de batalla. Sino de algo mucho más complejo: un estudio sociológico sobre uno de los símbolos norteamericanos más importantes del siglo XX, narrado a partir del vínculo de un grupo de soldados y amigos.

The host: ¡Sí!, una película puede hacer reír, lagrimear, temblar, y también ser inteligente, divertida, política, poética y mucho más a la vez. Solo hace falta la gambeta, el corazón y todas las virtudes de un director como Bong Joon-Ho (de quién también se estreno Memorias de un asesino, de lo mejor directo-a-DVD del año). ¡Que lindo sería si el cine popular del mundo diera aunque sea un poquitito más seguido monstruos como este!

La noche del Sr. Lazarescu: El día que Argentina perdía la final de la Copa América frente a Brasil, me toco llevar a mi vieja a la guardia de un hospital a causa de una descompensación. Ahí tuve que sufrir la burocracia, la desidia y la falta de medios de un sistema de salud precarizado. Pero además, sentí lo mismo que sentí cuando vi Lazarescu. Lo que me hizo dar cuenta que la película de Cristi Puiu es una obra mayor sobre la medicina, la agonía y la muerte. Por suerte, mi vieja hoy esta bien saludable.

Ratatouille: Mientras las de animación en tres dimensiones estaban viniendo cada vez más estúpidas, Brad Bird se valió de la técnica digital y del trilladísimo cuentito de la rata que llega a triunfar en la ciudad para dar una película inteligente, más adulta que infantil. Sobre el arte, la crítica y la pasión por estas dos cosas. Al terminar de verla quede llenísimo de ganas por ver, hacer y escribir sobre cine. Exactamente todo lo contrario a lo que me paso con esa bazofia estrenada hace unos meses llamada UPA! Una Película Argentina.

Reyes y reinas: A pesar de que algunas cinematografías europeas hoy no pasan por el mejor momento, Francia supo estrenar buenos exponentes (Flandres; Corazones, del vigente Resnais). Pero esta película del 2004 es la que mejor demostró que el cine de este país esta bien vivo y que también puede estar lleno de ideas, ser entretenido y conquistar el corazón de cualquiera. Imposible no emocionarme con el desequilibrado Ismael, o el padre de Nora diciéndole a su hija que la odiaba en granuliento blanco y negro.

Supercool: Algunos ya la colocan como la comedia juvenil de la década. Ideal para verla borracho y vivir una regresión a esos días de culminación de secundaria donde garcharse a una mina parecía cuestión de vida o muerte. Con Appatow, Mottola, Rogen y cía., los nerds se han convertido en seres humanos y las películas sobre ellos han empezado a tener alma. La mirada de los dos protagonistas sobre el final en la escalera mecánica es capaz de poner la piel de gallina a cualquiera.