Vivir al limite

The hurt locker
País: Estados Unidos
Año: 2008

Dirección: Kathryn Bigelow
Calificación: 10

Veinticinco años atrás, un poco más o un poco menos, el cine bélico era Vietnam, y sus mejores películas -Apocalipsis Now, El francotirador, Pelotón- se encargaban de plasmar la reacción de la sociedad norteamericana frente a una guerra innecesaria, injusta y lejana. El espíritu de estas películas, y de los responsables en producirlas, era el de una generación desencantada, decepcionada por haber peleado por algo que no valía la pena.
Y tal como muchos de los soldados hoy en Irak o Afghanistan pueden ser hijos de aquellos veteranos, caídos o afectados por Vietnam, The Hurt Locker (mejor olvidemos el genérico e insulso título local) se presenta como hija putativa de toda esa generación de películas mencionadas. Aunque claro, el espíritu ya no es el mismo. Sus personajes ya no sufren la desilusión de antaño por el sueño americano, sino que sufren el vacío, tanto ideológico como espiritual, de un mundo vaciado de valores. Un mundo que presencia el Fin de la Historia, tal como anunciara Francis Fukuyama. Y esto es lo interesante planteado por la película de Kathryn Bigelow, que para los actores de la guerra actual, esos soldados que están alistados en esas tierras distantes e indómitas englobadas bajo el nombre Irak, la lucha ya no es por un ideal, sino por salir del tedio, la apatía y el vacío de una sociedad enfocada al llano horizonte del hedonismo y el consumo.

En un poco más de dos horas se dedica a narrar la seguidilla de misiones llevadas a cabo por un pelotón encargado de desactivar bombas; y, sobre todo, a un personaje central: el Sargento William James, alguien que solo parece estar enrolado en el ejercito para alimentar sus demandas de adrenalina. Todo a pura intensidad, con apenas unos minutos de calma para que el espectador se recupere y tome aire entre cada misión, y siempre con el desquiciado de James al frente. Nada mejor que una historia de este cariz y personajes con "el trabajo más peligroso del mundo" para una directora como Bigelow. Si algo ha caracterizado los trabajos de la ex-mujer de James Cameron, sobre todo a partir de Punto limite, es su concepción del cine como productor de emociones fuertes. Concentrándose siempre en algo: generar adrenalina. De ahí que su mano sea reconocible por un recurso formal que siempre se destaca, esa cámara subjetiva que le sirve para hacernos vivir la mirada desesperada de sus personajes. Recurso, por cierto, de la memorable persecución pedestre de Punto Limite, que luego llevaría al paroxismo en su siguiente película, Días Extraños. Y de ahí que siempre se dedique a personajes que viven al "limite". (La razón que explica que los personajes de sus películas sean casi siempre hombres es que son los hombres quienes tienen las ocupaciones más riesgosas).

En The hurt locker el enemigo es intangible, invisible, se confunde entre civiles y escombros y no tiene ningún ejercito apostado en ningún lugar. Las escenas en que Bigelow pone en escena enfrentamientos armados, el enemigo es apenas un puntito en la lejanía -como en el impresionante tiroteo del desierto- o está confundido en la oscuridad de la noche. Ya ni siquiera se trata de aldeanos pobres que cosechan arroz. Así es que la guerra se presenta más ridícula que nunca, con soldados que no saben contra quién disparan, ni mucho menos por qué razones. En esta guerra, parece decirnos, tampoco hay lugar para el heroísmo ni la épica. Con un gran uso de estrellas como Guy Pearce o Ralph Fiennes, lo deja bien claro: nadie en el campo de batalla de Irak tiene coronita. Ni nadie quiere Rambos. Eso ya quedo muy atrás -o debería- en la realidad y en el espíritu del mundo que mira esta guerra por CNN. Así es la manera en que Kathryn Bigelow describe el infierno en Oriente, con una película seca, árida en sus paisajes y alejada de todo romanticismo heroico. Por que como bien diría Sam Fuller a partir de uno de sus personajes en el final de Mas allá de la gloria (película de 1980 que no trata sobre la guerra de Vietnam pero está influida por esta): "Sobrevivir es la única gloria en la guerra".

Pasando revista, con la década de los 00´ ya terminada, se puede decir que no hemos tenido buenas películas bélicas. Seamos más precisos, no hemos tenido buenas películas sobre la guerra moderna y su impacto en el zeitgeist contemporáneo. Hemos tenido, sí, algo llamado Capitan de Mar y Guerra, pero resulta que transcurre en el Siglo XIX; o algo como Bastardos sin Gloria, pero no está concentrada en la acción del campo de batalla. También hubo adefesios, como La caída del halcón negro, pero esos mejor dejarlos ahí. Así es que The hurt locker se erige dentro de su tipo como lo mejor de esta década que se fue (aclaremos que es del 2008 y se estrenó en un montón de países durante el 2009), y no solo por su calidad, sino también por la manera en que capta una generación y una época. Lo hizo una mujer y una gran directora.