Imparable

Choripan

Unstoppable
Director: Tony Scott
País: E.E.U.U.
Año: 2010
Calificación: 7


Película de machos, de esas que no te convencen nunca a la mina en la cola de un cine. Todo exuda suciedad, aceite, virilidad. Los personajes son casi exclusivamente hombres. De mujeres, poco. Rosario Dawson nunca estuvo menos sexy (y eso que es difícil) asimilada a un universo masculino; a las hijas del personaje de Denzel Washigton, Tony Scott las filma rapidito, nada menos que en un local de Hooters, a ritmo clipero, para pasar a lo que más interesa: charlas de motores y hazañas decididas y varoniles. Mezcla de profesionalismo hawksiano y vértigo a la Máxima velocidad o El salario del miedo. Por suerte, sin el empalagamiento visual que producen algunas de las últimas del Scott menos prestigioso, como Domino u Hombre en llamas. Hay mucho corte, mucha cámara en movimiento, pero todo está en función de un relato que es puro vértigo, pura potencia y velocidad. Coherencia y consecuencia. Si la película gana y termina llevándose a uno puesto como ese tren imparable y descontrolado que es protagonista excluyente, es por que hay personajes que interesan, que convencen y vinculan en cada paso a nivel, en cada cambio de vía, con el peso de las responsabilidad sobre sus espaldas. Washington ya jugó la misma relación con un novato en Día de Entrenamiento, pero no por eso su papel deja de ser efectivo. Al momento del estreno de Deja Vu, en la revista El Amante se describió a esta como una buena milanesa napolitana con fritas. Imparable es el choripan o el bondipan que uno se come al paso y en poco tiempo para seguir trabajando en el taller o la fábrica. Tal vez no se trate del mejor alimento, pero que llena, llena.