¡Aguante Mel G
ibson carajo! Ok, el tipo la bardeo con sus declaraciones antisemitas e hizo
La pasión de Cristo que es una santísima garcha, pero sepan separar la obra del artista y mirar lo que tienen frente a sus ojos ahora. Esto va por que hasta leí por ahí que un boludo decía que el tipo con sus bardeadas de borracho hizo
marketing. ¡Mentira! Justo por esto y los comentarios negativos y mecánicos realizados por un montón de críticos forros, la película la fue a ver mucha menos gente. Y sí, también se mando alguna vez en películas como
Lo que ellas quieren y es un tiburón de la industria y todo lo que quieran, pero
Apocalypto es cine de autor mal les pese y tiene una intensidad, una pasión, un realismo (y también una sangre) que la convierten en algo muy diferente a lo que Hollywood nos acostumbra a dar. Un verdadero machetazo en la cabeza.
Apocalypto (EU – 2006 – Mel Gibson)
Hace alrededor de un mes estuvimos con mi novia Paulita en el inhóspito pueblo salteño de Iruya (Pueblo en el que casualmente se centra el reciente y muy buen documental de Ulises de la Orden:
Rio Arriba), desde allí, hicimos una excursión a otro pueblo más inhóspito aún llamado San Isidro: mas de tres horas a pie, caminos muy pedregosos y una infinidad de arroyos que cruzar. Una vez llegado a este otro San Isidro, nos dimos cuenta que carecía de todo atractivo paisajístico, arquitectónico, o de cualquier tipo, es más, ni siquiera contaba con energía eléctrica. Lo que había importado no era el destino, sino como tantas otras veces: el viaje. Mojarse los pies, enfrentar la corriente del agua, resistir el camino, en fin, lo que había importado era la aventura, por mas mínima que esta fuese. Cito esta anécdota por que durante la proyección de
Apocalypto en más de una vez me sentí, me recordé, caminando hacia San Isidro. La película de Mel Gibson es la aventura por la aventura, el enfrentamiento contra una naturaleza desconocida, un viaje subyugante hacia otro lugar.
Apocalypto comienza con una cacería de un tapir (bicho algo parecido al jabalí), un acto totalmente trivial y cotidiano para la banda de los Mayas protagonistas de la película, pero que ya desde entrada por la manera apasionada y espectacular con que esta filmado, es pura aventura y puro placer cinemático. Y cada escenita que le sigue tiene el mismo efecto, desde al ataque de un jaguar a un indígena, pasando por un duelo entre dos personas, hasta la locura de los sacrificios humanos en la cima de una pirámide con una decena de cabezas rodando por las escalinatas (¡zarpada!). El loco de Mel se moja las botas, se hunde en el fango y hasta ¡mete una ¡subjetiva de cabeza decapitada! Mientras todos votan por la Coppola filmando castillos franceses con la plata de papito, Mel como Michael Mann en Ciudad del Este, escapa la seguridad del
set para enfrentarnos a una realidad mostrada de una manera a la que no estamos acostumbrados a ver en el cine. Ya desde el
plus que aporta el contexto de la América oculta y desconocida de la precolonización, todo es extraño, todo es nuevo, todo es un espectáculo.
Apocalypto me hizo acordar a lo que sentí cuando de chico leí a Emilio Salgari o
Cobra Verde, y eso es, el placer puro (despojado de toda ideología) y primario por la aventura, nada más y nada menos.
Calificación: 10