Están entre nosotros

Y si... los chicos y las chicas salen, buscan un cine, se sientan en alguna butaca rinconera, y en la oscuridad de la sala se meten mano y algo mas. A todo esto que mejor que mientras tanto se proyecte una de terror y la chica se aferré a uno, ¿no? Como será de efectivo durante las salidas este tipo de cine, que en Argentina , año 2006, tenemos una de terror tailandesa en pantalla grande.

Están entre nosotros (Shutter – Tailandia – 2004 – Banjong Pisanthanakun, Parkpoom Wongpoom)

Terror tailandés. Lo que por que supuesto no deja de ser terror oriental o por que no J-Horror (Categoría que desde el nombre refiere principalmente a películas ponjas, pero también a coreanas, hongkonesas y otras de ojos rasgados.). Un subgenero que posee por lo menos dos características fijas: largas cabelleras negras y fantasmas del mas allá asechando a los vivos por alguna deuda pendiente con el mundo material. Hace unos años este tipo de cine fue furor con la película La llamada como abanderada, hoy la verdad es que pasa por una etapa de llamativo agotamiento (Para mejor prueba de esto vean nomás la surcoreana Gabal, donde una mina que queda pelada después de quimioterapias se termina calzando una peluca maldita, o The red shoes, una donde aparecen unos zapatitos fantasmas que te mutilan las dos gambas.). Y Están entre nosotros no esta exenta de cansancio, de falta de novedad. Casi todo lo que uno se imagina que va a pasar habiendo visto los primeros cinco minutos de película, pasa. Pero a pesar de todo hay unos varios puntos a favor. Primero: la película logra dar unos buenos sustos (“Sustos”, no “sobresaltos” que es lo que tienen las de terror yanquis.). Segundo: hay todo un juego a partir de la fotografías que saca el protagonista y la representación de la realidad, que por momentos se pone muy interesante. Tercero: la resolución es buenísima. Quiero evitar agregar algo sobre esto último, pero el final me hizo acordar a una fábula que me contaban en el colegio católico al que fui de chico sobre el lugar físico en el que se encuentra Jesucristo en nuestras vidas y el por que de que no lo podíamos ver. ¡Miedito! ¡Mucho miedito! Calificación: 6

Casino Royale

Con James Bond pasa como con el fútbol. Uno vuelve a creer en él, lo va a ver, y tal vez disfruta del espectaculo, pero despues se da cuenta que nunca va a cambiar, que simpre va ser el mismo. Y eso que esta Bond es buena y seguramente es de lo mejor de la serie en muchos años. Pero sí, nada fuera del molde predecible que exige la franquicia Mac Donalds del cine.
Y como ya es una costumbre, el mejor cine norteamericano de la última semana lo tuve que ver en DVD. Despues de la alegría y el desenfreno de Crank, siguio otro Linklater único con Una mirada en la oscuridad y la vuelta del Kevin Smith que todos queremos con Clerks II. Pronto, no va a quedar otra: EL ODIANTE versión DVD.

Casino Royale (Alemania /EU / Reino Unido / Republica Checa - 2006 - Martin Campbell)

Oficialmente la serie basada en el agente ingles mas famoso del mundo, creación del novelista Ian Fleming, tuvo inicio en el año 1962 con El Satánico Dr. No. A partir de esta, Sean Connery -quién es todavía hoy el mejor recordado en el papel- se ocuparía del personaje de James Bond en seis oportunidades, siendo en el medio reemplazado una vez por un modelito de turno llamado George Lazenby. Luego tomarían sucesivamente la posta Roger Moore con siete películas, Tymothy Dalton con dos, y Pierce Brosman con cuatro.

Año 2006, turno de Daniel Craig. Y para entender que hay de nuevo en esta otra entrega de una saga que parece eternamente condenada al convencionalismo y a la repetición, es bueno ver que tiene para ofrecer de novedoso este actor que hasta hace no mucho tiempo, pocos conocían. Craig es rubio, atributo que ya de por sí solo le alcanza para marcar la diferencia con sus antecesores, pero además de eso es más atlético, mas rudo, mas guarro y a la vez menos carilindo, menos muñecote, con un rostro que uno sospecha debe ser mas parecido al de un agente secreto de verdad. Esta impronta se traduce en la película a una acción mas bruta, mas seca, más física, y también un poco más realista. En relación a esto, cabe agregar que ya no esta el Sr. Q con sus insólitos gadgets, ni los autos Audi preparados para lanzar mísiles o convertirse en submarino, sino que Bond debe resolver todo a puro puño y punta de pistola.
Casino Royale propone a partir de Craig una suerte de back to basics, algo que Hollywood ya había ensayado con Batman Inicia. Una intención de dejar atrás cierta mala imagen en la franquicia para volver a darle un aire nuevo. Si a Batman era necesario que se lo vuelva a tomar en serio después de las payasadas de Joel Schumacher, con Bond era imprescindible después del agotamiento total que mostraban las últimas películas con Pierce Brosman como protagonista (Muestra de esto es la introducción de esa especie de Lady Bond encarnada por Halle Berry en Otro día para morir.). Borrón y cuenta nueva, James Bond también inicia y lo hace en buena forma. La historia de Casino Royale narra los primeros pasos de Bond como agente secreto del MI6, lo que lo lleva a una misión en la cual debe enfrentar a una red de terrorismo global financiado con la organización de unos juegos de cartas con apuestas multimillonarias. A pesar de su duración (Es la mas larga de la serie: 144 minutos), la película mantiene un pulso constante, sin remitirse nunca a apilar una escena de acción tras otra cada quince minutos y tomándose hasta un buen tiempo para contar el romance de Bond con su enamorada (Protagonizada por Eva Green: la terrible morocha de Los Soñadores) Después, es más de lo que el público espera y conoce: persecuciones en países periféricos (lugares donde se esconden los terroristas y donde romper cosas sale mas barato), villanos carentes de toda ética, atractivas mujeres con enormes ganas de entregarse a nuestro protagonista y por supuesto... unos cuantos Martinis. Si bien es cierto que es de lo mejor del agente 007 en muchos años, tampoco es nada por arriba de la media que propone la serie.
Es que hay algo que los productores de estas películas nunca lograron y es reclutar a directores con marcada personalidad para que trabajen en cada entrega. Algo que si supo hacer Tom Cruise y Cía., poniendo a cargo de cada Misión Imposible nombres como Brian De Palma, John Woo y J.J. Abrams. En su época de Bond, hasta Pierce Brosman expresaba cuanto deseaba ser dirigido por el mismísimo Woo. Por que por mas que el trabajo de tipos como Martín Campbell sea correcto, ya que la historia que nos van a contar es la misma historia de siempre: salvar al mundo de los malos y de paso quedarse con la chica... por lo menos que lo sepan hacer con estilo. Pero si no se dieron cuenta luego de veinte películas, imposible ya que lo hagan. Calificación: 6

Los infiltrados

La nota a continuación no hace un análisis general sobre Los infiltrados, sino que más bien trata de explicar por que no me parece una película “Excelente” o “9, 10 puntos” como salió calificada por ahí en bocha de criticas. Sí, y en primera persona y contando el final

Los infiltrados (The departed – EU – 2006 – Martín Scorsese)

Asuntos Infernales. Lo que hace la película hongkonesa en la que se basa Los infiltrados es tomar una de las principales reglas del policial negro o hard-boiled, esa que dice que la corrupción habita en todos los bandos, y someterla a un juego de espejos, llevarla al paroxismo: un poli se mete en la mafia, un mafioso se mete en la policia. Una operación genérica muy de moda en el cine de las últimas décadas. Este es unas de sus virtudes, sumado a una puesta precisa (aunque solemne y occidentalizada) y un elenco de primera: Tony Leung, Any Lau, Anthony Wong y todo un dream team asiático. Para mi, no mucho mas. Esta bien, pero nada del otro mundo. Es que el cine oriental esta lleno de películas de tríadas, yakuzas y otras mafias y dentro de este mapa no me parece que resalte, en gran parte por que es una película que se podría haber hecho en Hollywood fácilmente. Le falta el toque oriental, ese que tienen las de Kitano, Johny To, Miike y otros grandes. Doy un ejemplo, hace no mucho volví a ver Duro de vencer de John Woo (que casualmente en ingles se titula Hard Boiled), hay tríadas, corruptos y hasta un Tony Leung haciendo justamente de “infiltrado” en la mafia. Argumentalmente no es una maravilla, como tampoco ninguna novedad, pero... ¿que pasa? es un festival de recursos cinematográficos. Woo pone toda la carne al asador, las escenas de acción duran media hora, se cagan a corchazos durante toda la película. En definitiva, tiene la desmesura, la poesía a los tiros de John Woo y todo ese taste oriental que la hace única. Algo que no agrega una película como Asuntos infernales.

Los infiltrados. Es cierto, Scorsese recupera su mejor pulso narrativo, su película agrega a la oriental dinamismo (aunque sumando duración) y funciona bastante bien como entretenimiento. Ahora: ¿cuánto mas? Esta la mafia irlandesa, Boston y yo que se, pero este trasfondo: ¿agrega realmente algo? Mas bien es todo un adorno. El personaje de Nicholson diciendo que no quiere adaptarse al entorno sino adaptar el entorno a él y toda ese boludeo del principio no hace mucho por la película. No es por ejemplo un Michael Mann con Collateral, es decir, una película que mas allá de su superficie es también otra cosa (una gran metáfora sobre la vida en la ciudad de Los Angeles o la vida en las ciudades en general), ni tampoco mucho más. No creo que se amplifica Asuntos infernales como leí por ahí, sino que es una remake apenas correcta. Además Scorsese quita toda sutileza. Ese Nicholson con caripela diabólica y fondo rojo o esa rata caminando por la baranda final son algunos de los detalles que marcan el trazo burdo del director.

Spielberg y Mark Wahlberg. Ahora, lo que realmente no me gusto de Los infiltrados es ver a otro Scorsese obsesionado por el Oscar y sumiso a Hollywood. ¿Dónde esta ese tipo que alguna vez hizo Taxi Driver o La última tentación de Cristo? Todo en su última película es “lo que había que hacer” o “lo que se podía esperar de”. Otra vez Nicholson poniendo cara de loco para que lo aplaudan las viejas ignorantes que también piensan que Robert De Niro sigue siendo el mejor actor del mundo. Otra vez Di Caprio preocupado en demostrar que es buen actor (algo que ya se sabe hace bastante) y no solo un tipo carilindo. Y otra vez Scorsese haciendo que le pone su toque autoral a una película. Lo que creo es que este director perdió la pulseada con Hollywood. Su cine ya no tiene riesgo, no tiene su autoría, sino mas bien apenas su estilo. Algo que no es poca cosa, pero que para un director de su tallal no es para nada suficiente. Lo triste es que un contemporáneo como Spielberg haga Munich, -una película con todo el riesgo, en la que el tipo hasta se da la el gusto de criticar como nadie a su país e Israel- y casi nadie lo celebre, y por otro lado que en el mismo año Scorsese haga Los infiltrados, y se la festejen en todos lados. Síntoma de estos tiempos. Sí, por supuesto, creo que Spielberg (como también Carpenter, Cronenberg, De Palma y algún otro de esa generación que me olvido.) es mucho mas director, por lo menos en este momento, que Scorsese. Para cerrar, lo que mas me gusto de la película es Mark Wahlberg. Es prácticamente el único que con su actuación exagerada parece salirse del molde. El único que parece ponerle verdadero sentimiento al asunto. Es así que cuando aparece en la última escena para ejecutar al malo de Matt Damon me puse contento y no por que se hiciera justicia con el personaje de Damon, que dicho sea de paso no me movió un pelo -como casi toda la película-, sino por que Marky Mark estaba ahí poniendole su onda al asunto. Y si, objetivamnte creo que Los infiltrados esta buena (y nada más), pero que Scorsese se meta el Oscar en el culo. Calificación: 6

La verdad incómoda

Antes que nada, el entusiasmo me obliga, tengo que avisar que vi la nueva Crank con Jason “El transportador” Statham: incorrectísima, desaforada. Con la también aún inédita Nacho Libre, de lo más divertido del año.

A continuación, el documental de Al Gore, la versión buena y “progre” del presidente Bush.

La verdad incómoda (An inconvenient thruth – EU – 2006 – Davis Guggenheim)

Hace unas semanas cuando los vecinos de Caballito lograron parar a través del gobierno porteño la construcción de las torres que ya afectan en mas de un sentido a su barrio -cloacas, tránsito, colegio, ect, etc- los constructores salieron con una horda de albañiles a contrarrestar la medida argumentando que estaban dejando sin trabajo a centenares de personas. Curiosamente, en La verdad incómoda hay una corta aparición de George Bush padre en la que arremete con similar argumento contra la campaña ambientalista de Al Gore que es centro de esta película: “Este tipo es tan radical en cuanto al medio ambiente, que estaremos saturados de búhos y ningún americano tendrá trabajo”, señala. Algo parecido a lo que se escucho alrededor del conflicto de las papeleras y en tantos otros casos. Esta equivocada idea de progreso es el blanco al que apunta Gore -presentador, protagonista y verdadero autor del proyecto-, quién informa y obliga con su documental de denuncia ecológica a tomar conciencia sobre un tema que pocos toman realmente en serio: el calentamiento global. Los datos y pruebas que expone con claridad, soltura y carisma son contundentes. Y si uno se toma el tiempo de investigar sobre el tema (internet ofrece unos cuantos sitios interesantes) pronto descubre que este proceso climático es un hecho y no una mera teoría, lo que le da al documental un carácter urgente y hasta cierto gustito a película de terror. Ahora, es cierto que hay datos que no han sido probados y la película usa a su favor -como el efecto devastador del huracán Katrina que todavía no se sabe si efectivamente estuvo relacionado al proceso del calentamiento global- y que por mas que Gore se esfuerce en aclarar que todo se trata de una cuestión moral y no una cuestión política, su proselitismo es indisimulable. El tipo se esfuerza en mostrarse como gran padre, como ciudadano responsable y además hasta en el final de la película pide que se voten candidatos preocupados por los factores ecológicos. Pero mas allá de esto, La verdad incómoda tiene su importancia por que deja clarísimo que no se trata de dejar de construir, de producir, de trabajar, pero sí, de que se haga bien y con conciencia. Aquí, un vecino de La Paternal al que le gusta mucho el barrio de Caballito. Calificación: 7