La maldición de la flor dorada

Zhang Yimou con otra de artes marciales artie. Yo la verdad, me quedo con alguna de artes marciales bien cabeza portagonizada por Jackie Chan o Jet Li en sus épocas de gloria en Hong Kong.

La maldición de la flor dorada (Man cheng jin dai huang gin jia - Hong Kong / China - 2006 - Zhang Yimou)

Probablemente la película que ocasiono el gran quiebre halla sido la oscarizada El tigre y el dragón, allá por comienzos de la década. A partir de esta, Ang Lee consiguió que el Wu Xia Pian (o en terminos más criollos: el cine de artes marciales con elementos fantásticos) adquiriera un prestigio, un status de calidad y una atención en el extranjero que nunca antes se le había prestado al género. Lo que luego impulso a que más tarde Zhang Yimou se animara con la primera parte de su saga, la por demás grandilocuente y sobre estilizada Héroe, que se serviría de la figura de un Jet Li ya más preocupado en participar en producciones "serias" y "artísticas", antes que en otras apuntadas al mero entretenimiento. Y que luego continuaría con La casa de las dagas voladoras y la actualmente en cartel La maldición de la flor dorada. Pero hay algo que hace bien diferente a ese primer Wu Xia Pian qualite y de exportación que es la película de Ang Lee y este último cine de Zhang Yimou. Mientras con Lee la confrontación física ocupaba un lugar protagónico dentro del relato, con Yimou ocupa una lugar secundario, decorativo. Mientras con Lee las artes marciales servían para homenajear al género mismo, con Yimou sirven como excusa para realizar ejercicios de estilo y ostentación visual. Mientras con Lee se destacaban por sobre todo el coreógrafo Yuen Woo-Ping o la elasticidad acrobática de la actriz Michelle Yeoh, con Yimou se destacan el director de arte, el vestuarista o los encargados en efectos especiales. En definitiva, lo que viene a confirmar La maldición de la flor dorada, es a un realizador desinteresado por las posibilidades que propone un género, y por otro lado, obsesionado con las superficies que envuelven a sus filmes.

Y La maldición... funciona como colmo de la superficialidad y la ornamentación. Por cada acto tribial que realiza cada uno de sus palaciegos protagonistas, una multitud de cortesanos se disponen a servirlos parados en filas interminables. Por cada decorado que recorren, una multitud de colores asisten al plano reluciendo entre infinidades de detalles. Todo es multitudinario, brillante, excesivo, visualmente empalagoso. Características que bien pueden ser leídas como apología de una economía enorme y en constante crecimiento como la de China y Hong Kong y sus consecuentes posibilidades industriales en el cine. El problema es lo que hay por detrás del velo dorado. Como ya es común en este tipo de películas, su historia se basa en el prestigio de la tragedia, y una tragedia solo puede ser buena en la medida que el espectador pueda proyectar sus sentimientos a través de los personajes. Y ocurre que entre tanta armadura y vestidito, que entre tantos decorados y luchas amaneradas, que entre tanta atención puesta en la organización plástica de cada escena, se descuida eso mismo que es el alma de los personajes. Es así que los que les pasa no conmueve, no toca un nervio. Y por mucho que Chow Yun-Fat o Gong-Li se esfuercen. Calificación: 4

2 comments:

Anonymous said...

No hay caso, estos chinos no entienden nada. Queremos ver más orientales (y no me refiero a uruguayos) vestidos de rollinga cagándose a trompadas al grito de "Donde esta mi elefante???"

Aunque si los uruguayos quieren hacer alguna peli asi en vez de tanta peli "tiempomuertista", bienvenido sea.

Ahora, si queres ver bizarreada, entra al link de donde estoy laburando juaazzz

Un abrazooo

Anonymous said...

Es para mí una muy buena película (Tigre y dragón es malísima)
Un 8 le pongo