Halloween II

País: Estados Unidos
Año: 2009
Director: Rob Zombie
Calificación: 4

Con su primera Halloween Rob Zombie volvió a dotar al subgénero de las slasher movies de una oscuridad, una atmósfera y una brutalidad que este había perdido. Algo generoso, ya que en las últimas dos décadas estas películas solo se habían convertido en una excusa para poner en escena modos sádicos y espectaculares de asesinar gente (algo que es llevado al paroxismo, aunque no se trate de un producto muy dentro de las coordenadas del slasher, pero que sí es derivado de este, en la saga de El juego del miedo); y más últimamente, con al auge del 3-D, en otra excusa, pero esta vez para aprovechar esta tecnología y tirar hacia la cara del espectador asustadiso cualquier objeto filoso que se les ocurriese: hachas, cuchillos, picos (como es el caso de la remake de Sangriento San Valentín, estrenada durante el año pasado), etc. Intenciones que tienen que ver más con el asco, con el shock o con el susto, que con el verdadero terror. Por otro lado Zombie también hizo otra cosa en su versión del Halloween carpenteriano, trabajar la psicología del asesino enmascarado, en este caso Michael Myers, algo que nunca estuvo muy trabajado en este tipo de cine. Pero para decirles la verdad, eso resultó de lo menos interesante, porque la psicología que le aportó fue la del estereotipo del white trash americano, con padres alcohólicos, desastrosos y todo el paquetito. Nada nuevo. Y encima muy a trazo grueso.

Con la segunda parte algo de expectativa había, por dos razones, por que este nuevo zombie se tenía que dedicar menos a “iniciar” al personaje y más a lo que quisiese; y por que su otra segunda película –The Devil Rejects- es su mejor trabajo hasta el momento. Pero a pesar de tener unos minutos iniciales que auguran lo mejor (entre los cuales hay un choque entre una ambulancia y una vaca que hace saltar a uno de la butaca, más un asesinato en un hospital que es verdaderamente escalofriante) esta Halloween 2 cae luego en un lodazal. Hay nuevamente asesinatos bien filmados, es decir, con brutalidad, con sequedad, sin canchereos, tal como se hacía en la vieja escuela (me refiero al terror de los setenta y comienzos de los 80´), pero esto es casi lo único rescatable. Luego Zombie se entierra queriendo dotar la película de vueltas de tuerca, personajes que existen solo en la cabeza de los protagonistas, y lo peor, de secuencias videocliperas (algo que pertenece al terror moderno y berreta). Encima insiste en la profundidad psicológica de Myers, algo que de paso, nunca necesitó, y además lo hace muy torpemente (ver nomás esas escenas con el caballito blanco). En síntesis, la película solo funciona de a ratos, cuando se dedica al terror más puro, más primario, más banal, y pierde cuando toda esa confianza que tiene Zombie en ese tipo de terror se diluye apelando a los recursos antes enumerados, recursos pensados para sorprender a un espectador ávido de novedad y no de ser horrorizado, lo que hace de está película algo feo y a mitad de camino . Ya tendrá Rob Zombie (¿como se llamará en la vida real? ¿Roberto Gomez? ¿Roberto Sanchez?) oportunidad de redimirse con el mal. ¡Esperemos! Mientras, se recomienda The House of the Devil, de Ti West, exhibida en el último Festival de Mar del Plata. Esa si es de terror del viejo y del bueno.

1 comment:

Matías Orta said...

¡El Odiante volvió con todo, eh!
En A Sala Llena hay dos puntos de vista de H2. Te invito a leerlos. A mí me cayó simpática la peli.


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