Three extremes



Odiante trasnochado y sin fuerzas para escribir. Por cuarta vez en el año vi Oldboy de Park Chan-Wook (foto), hablare más tarde de ella. Aquí un comentario de hace meses de una pelìcula que incluye a Park -este chabón es un grosso-... Three extremes. Cuando la vi en Mar del Plata, en el medio de la proyección a un tipo le agarro un síncope ¡Jodidísimo!

Three extremes (Fruit Chan - Park Chan-Wook - Takashi Miike - 2004 - Hong Kong/Japon/Corea del Sur)

A la manera que en décadas anteriores, entregas como Cuentos asombrosos o Bodybags, ambas derivadas en series televisivas, celebraban el gran momento de algunos directores en la industria norteamericana (Carpenter, Dante, Zemeckis), Three extremes hace lo suyo con tres exponentes de las cinematografías mas fuertes de Asia: China, Corea y Japón. Las tres historias comprendidas aquí presentan a tres de sus mas atractivos cineastas: Chan (Hollywood Hong Kong), Chanwook (J.S.A., Sympathy for Mr. Vengeance) y Miike (Audition, The hapines of Katakuris) todos de consagración internacional y filmografías en pleno ascenso.

Para empezar, Fruit Chan presenta Dumplings, un impactante y retorcido relato en el cual una madura mujer obsesionada con su cuerpo acude a una especialista para que la ayude a detener su envejecimiento. Esta especialista no es mas que una mujer antiquísima encerrada en el cuerpo de una veinteañera , algo así como la versión oriental de Nacha Guevara, que prepara nada menos que bollos rellenos de fetos humanos, que provocan, luego de la ingestión por parte de sus pacientes, grandes resultados anti-age . Sí, y por si esto fuera poco, la trama no solo incluye antropofagía con bebes, sino que recordándonos a Levi Strauss también incluye incesto. Todo acompañado con una puesta en escena cuidadísima, y una banda de sonido plagada en estridencias que hace de la historia una pesadilla desde el primer momento. Si uno espera muchos de los recursos del cine de terror oriental actual, como fantasmas de mujeres de pelo largo y golpes de efecto a partir del fuera de campo, Chan evita estos lugares comunes y consigue provocar terror extremo a partir de un genial primer plano de una mujer mirando a cámara. La originalidad ya presente desde sus premisas y el apabullante terror que genera, hace que uno se olvide de la presencia de un Tony Leung, que se anuncia desde los títulos iniciales.
Chanwook, continua con una historia de la que también es guionista. Algo así como las pesadillas que sufren los personajes escritores de Stephen King, transpolada a un director de cine, aquí acosado por un extra y fanático suyo, devenido a psicópata. Una especie de sátira retorcida sobre el mundo del cine, donde el realizador vuelve a demostrar su enorme capacidad, como ya lo había hecho en Oldboy, para combinar géneros, aunque esta vez se desafía a si mismo y lo hace todo en media hora. Terror, melodrama, comedia, policial y hasta musical, están presentes frente a un espectador que no puede dejar de atemorizarse, reír o disfrutar de las canciones. Plagada de ideas y narrada con un virtuosismo que deja pasmado desde la primer secuencia. Este es otro exponente que deja claro que en oriente no hay nada que envidiar al cine industrial americano, ni siquiera en cuanto a cualidades técnicas se habla. Entretenimiento puro que deja tan perplejo al espectador como al protagonista, que tiene que presenciar entre otras cosas, como el psicópata mutila los dedos de su esposa y los hace papilla en una licuadora.
Y por ultimo, la entrega cierra con Boxes, de la cual, uno después de lo que vio y mas teniendo en cuenta que el responsable de esta es Takashi Miike, puede esperar cualquier cosa. Aquí se narra algo así como los sueños de una mujer que en su infancia como contorsionista en un circo, fue victima de una tragedia familiar. Un relato de tinte pesadillezco, bien al estilo de David Lynch, que se emparenta con algunas de las ultimas realizaciones de Miike como Gozu o Izo. Sorprendentemente en un tono bastante menos elevado que el de las dos historias anteriores, sin tantas desmesuras y perversión. Miike vuelve a ser impredecible, sorprendiéndonos con su puesta en escena, de un estilo que lo hace inrrastreable y nos hace pensar, a los muchos que vimos varias de sus películas, que ya no estamos frente e un realizador ecléctico, sino frente a uno que podríamos calificar como esquizofrénico. Boxes, es un relato en donde el terror crece a partir de los climas que presenta, y el excelente manejo de los tiempos y los sonidos y que no deja de sorprender hasta en el ultimo plano.

Resumiendo, Three extremes es un muestrario de un cine capaz de llevar al espectador al extremo, como así también un muestrario de los extremos de la elevada calidad del genero oriental, un lugar al que películas como estas, nos obligan a dirigir nuestra mirada.








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