El tren de las 3:10 a Yuma

Vi la gran ganadora del Oscar, la última de los Coen, y me gusto poco, poquito y nada. Para contrarrestar su cinismo, su misantropía y las pretensiones de sus directores, acá va una de género genuina, con héroes y personajes de corazón.

El tren de las 3:10 a Yuma (3:10 to Yuma – EU – 2007 – James Mangold)

Hace no mucho la Revista Ñ saco una nota dedicada a la posible resurrección del western. Resurrección anunciada a causa del reciente y amontonado estreno de películas como Perseguidos por el pasado, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Propuesta de muerte o El tren de las 3:10 a Yuma. El responsable de la nota también colocaba a Sin lugar para los débiles como un western, algo con lo que no estoy de acuerdo por que esta no cuenta ni con los tópicos, los espacios, o los personajes que definen a este género. Otra cosa con la que no estoy de acuerdo, es esa misma posible resurrección que señalaba, ya que creo que no se trata más que de una simple coincidencia la que puso a varios estudios a producir películas del Lejano Oeste casi en paralelo. O ni siquiera eso, creo que la oleada de este grupito de westerns en los cines no es más que el efecto de que a estrellas como Brad Pitt, Russel Crowe o Pierce Brosman les halla pintado por calzarse las botas y un revolver en el cinturón. Ya que estoy convencido de que sino hubiese sido por la participación de estos tipos, estas películas muy probablemente hubiesen ido directo a video como pasó con la muy recomendable Propuesta de muerte, y por consiguiente, muy pocos les hubiesen prestado atención, o hablado de resurrección, revitalización, o lo que poronga sea que empiece con re. Ese western difícil, largo, enrarecido, pero a la vez interesantísimo, que es El asesinato de Jesse James, con total seguridad puedo afirmar que sino hubiese sido por la facha de Brad Pitt apenas aparecía pirateado en algún bolishopping.

De todas estas de cowboys nombradas, la única que rescata la tradición clásica del género es, justamente, El tren de las 3:10 a Yuma. Se podría decir que es una película de Fé. Fé en el western mismo y fé en la manera clásica de hacer cine. Lo que implica una creencia en que todavía se pueden hacer buenas películas sin tener que caer en guiones dependientes de vueltas de tuerca, desenlaces místicos que den significancia a su relato (como pasa en la ya citada Perseguidos por el pasado), o discursos en boca de los personajes que pretendan elevar la historia a una dimensión forzadamente trascendental (como pasa con las invocaciones con las que el personaje de Tommy Lee Jones abre y cierra Sin lugar para los débiles). Respetando, por otro lado, todo lo que caracteriza a un western arquetípico. Como son sus temas recurrentes: los lazos padre-hijo, la camaradería masculina, la guerra de secesión. Sus espacios: los saloons, las estaciones de tren, los ranchos poblando la aridez del paisaje. O sus personajes: el villano con más corazón que odio, o el héroe solitario como encarnación de los valores a predicar por la película. Por que una buena escena de asalto a una carreta transportadora de caudales, sigue siendo una buena escena de asalto a una carreta transportadora de caudales, por más que se hallan filmado cientas y cientas en la historia del cine. De la misma manera que una buena línea de dialogo nunca deja de ser una buena línea de dialogo. Y en la película abundan, como esa en que el personaje de Russell Crowe le dice al de Peter Fonda antes de acabar con él: “Hasta los hombres malos aman a sus madres”. De fé se trata. Por eso Christian Bale esta más medido que nunca, Crowe simplemente se vale de toda su presencia cinematográfica, y James Mangold presta un trabajo de cámara nunca por arriba de la historia o de sus personajes. Pero en el mundo del cine actual hay pocos hombres con esta fé, esta fé en el western y en la vigencia que puede tener este género en su corte más clásico. Es así como esta película se presenta solitaria, en un paisaje bien árido que le impide encontrar pares. Tanto, como se presenta el ranchero Dan Evans hacia el final de la película, con su nobleza, su heroísmo, y su fé en las posibilidades de un mundo mejor. Calificación: 8

5 comments:

lowfirocker said...

A mí me encantó

Me emocioné con la parte en que Evans (o algo así) le dice al hijo que igual le lleve la medallita a la madre, mientras Crow lo mira de lejos y se nota que no lo puede creer.

Me pareció un poco forzada la conversión del final, pero igual irradia tanto sentimiento que se lo perdono.

Es una peli que está buena para recordar lo importante que es -y lo bien que hace- la dignidad

Matías Orta said...

Tengo muchas ganas de verla. Mucha gnete dice que es buenísima.
Sos el primero que escucho (o leo, jeje) al que no le gustó la de los Coen.

M.

PD: ¿alguien te dijo que tenés un aire a Ben Foster (O viceversa)?

JUAN said...

Me halaga lo del parecido a Ben Forster. En esta película prende fuego la pantalla.

Por otro lado, te digo que me han encontrado miles de parecidos a lo largo de mi vida. Desde Jesucristo (¿?) hasta Chatruc. Muy probablemente Adan halla tenido una cara parecida a la mia.

FOMENTO PRODUCCIONES said...

me volo la peluca el traslado del hotel al tren

era el sunset riders

el final no me lo creo, pero es una gran pelicula para ver en el cine

El Criticon said...

Jaja, recién leo lo de Sunset riders. Sí, esa escena es re del juego. Solamente faltaba Cormano.

Saludos.